Cuando hay hambre, nada es más importante en el mundo que el tentempié que tenemos delante. Por eso, Miguel, el hijo de Fernando Verdasco y Ana Boyer, disfruta como el que más de ese aperitivo con el que calmar a un estómago que ruge. Solo hay una persona que vive con más intensidad ese momento que el niño y es su padre, al que se le cae la baba viendo cómo mira completamente embelasado a sus patatas fritas. Con tan solo un año, el pequeño no deja de sorprender a sus mayores mientras descubre poco a poco las cosas más cotidianas.
Ya llegó el verano: el pequeño Miguel, listo para la piscina
El objetivo indiscreto del tenista captaba el tierno momento en el que Miguel, sentado en el suelo de la cocina con una bolsa de patatas fritas entre las piernas, contempla y toca con todo el cariño uno de los deliciosos ejemplares. "Me encanta el amor con que mira a sus patatas", escribía Fernando sobre la imagen que no ha dudado en compartirla con sus seguidores. No es la primera vez que el niño arranca más de una sonrisa a su papá, que asiste fascinado a sus juegos y ocurrencias, ya sea jugando con su inseperable miniraqueta, o incluso haciendo sus pinitos al baloncesto.
No es casualidad que a su corta edad Miguel sea un apasionado del deporte. Desde que nació ha acompañado a su padre por las pistas del mundo, convirtiéndose junto a Ana Boyer en el mejor talismán del deportista. Precisamente de estos periplos se ha acordado con nostalgia el tenista ya que este mismo lunes estaba previsto que comenzase el torneo de Winbledom. "¡¡Cuánto lo voy a echar de menos!! Un torneo tan bonito y especial... solo queda esperar a que todo vuelva a ser normal pronto y el año que viene estemos ahí", escribía Verdasco junto a una fotografía con Ana Boyer y su hijo el año pasado a las puertas de las míticas pistas londinenses.
A pesar de que la situación sanitaria ha frustrado muchos de los planes que tenía el deportista, tanto profesionales como familiares, Miguel ha sido el mejor compañero de cuarentena que sus padres podrián tener, pero también el resto de la familia. Fernando y Ana han pasado estos meses en la casa familiar de Isabel Preysler en Puerta de Hierro (Madrid), donde también vive Mario Vargas Llosa y Tamara Falcó, que disfrutó al máximo de su sobrino y ahijado. Ahora encaran un verano que se avecina intenso. Verdasco ha retomado los entrenamientos y, además, la familia está a punto de crecer y pronto Miguel tendra no una, sino dos compañeras de juegos y travesuras, ya que Sara, la hermana del tenista, está esperando gemelas, con su marido Juan Carmona.