Durante estos meses en los que las salidas estaban restringidas, Belén Esteban ha encontrado en la cocina la mejor manera de entretenerse. La colaboradora televisiva forma parte del grupo de riesgo y por eso no podía acudir a Sálvame, pero en su lugar conectaba mediante videollamada con sus compañeros y compartía con ellos una vez por semana el paso a paso de recetas como tortilla de patatas, filetes rusos, huevos rellenos, ensalada campera... Ahora le ha tocado volver a ponerse entre fogones para participar en La última cena, donde tenía como comensales a Carlota Corredera, María Patiño o Kiko Hernández. Para ellos preparaba croquetas deconstruidas y solomillo Wellington con flor de puré de patata violeta, un plato que dedicaba a un miembro de la familia del que hasta ahora no había hablado públicamente: el novio de su única hija, Andrea Janeiro. "Quiero dedicárselo a mi yerno, que es inglés", decía espontánea. Un bonito gesto que aplaudieron todos los que se encontraban en plató en ese momento.
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Andrea, que nació durante la relación de Belén Esteban con Jesulín de Ubrique, ha pasado el confinamiento en la casa familiar de Paracuellos del Jarama, donde formaba un tándem perfecto con su progenitora. Y es que, era la encargada de grabarla cocinando para que pudieran luego verlo en televisión. La joven, que en julio soplará 21 velas, siempre ha optado por mantenerse en un discreto segundo plano. Con la finalidad de tener una vida anónima y poder disfrutar de su etapa universitaria lejos del foco mediático, se marchó a estudiar fuera en 2017, nada más cumplir la mayoría de edad. Una decisión en la que contó con el completo apoyo de su madre, quien admira el camino que ha tomado. A pesar de que Belén está ya acostumbrada a tener lejos a su hija y las dos viajan con frecuencia para reencontrarse, la colaboradora no niega que todavía derrama alguna lágrima de vez en cuando y que al principio fue muy difícil para ella porque ambas han estado siempre muy unidas.
Reconciliación con Jorge Javier y preparativos de boda con Miguel
La noche del viernes no solo estuvo marcada por esta inesperada dedicatoria de Belén a la pareja de su hija, sino también por su reconciliación con Jorge Javier Vázquez. El pasado sábado, el plató de Sábado Deluxe era testigo de un encontronazo entre ambos a causa de un comentario de ella acerca de la crisis del coronavirus que acabó con el presentador abandonando el programa y cediendo el testigo a Lydia Lozano para continuar con la entrevista. Tras este distanciamiento, la noche del viernes formaban pareja en La última cena y acercaban posturas. El primero en tender la mano era él, quien versionaba la canción Eres con una letra dedicada a su amiga. "Eres, por tu forma de cocinar lo que yo más quiero. Eres, mi limón, mi miel, mi carne, mi sal mi hielo... Eres, el azúcar que cada vez más y más deseo...", cantaba invitando a su compañera a ocupar el centro de plató. Al finalizar el espacio veían un resumen de los mejores momentos de su amistad y bailaban juntos Campanas del amor, uno de los temas favoritos de ambos.
Con esta reconciliación regresa la felicidad plena a la vida de Belén. La colaboradora está atravesando una etapa muy bonita a la que pondrá el broche de oro volviéndose a casar. Un año después de dar el "sí, quiero" a Miguel Marcos en una boda mostrada en exclusiva por la revista ¡HOLA!, la pareja quiere celebrar un enlace religioso próximamente. Así lo anunciaba ella misma la pasada semana: "Voy a dar una noticia. El año que viene me caso por la iglesia con mi marido". A pesar de que aún no ha comunicado la fecha concreta, sí tiene claro el lugar que servirá como telón de fondo. "Me caso en la iglesia de mi pueblo porque le hace ilusión a mi marido, mis suegros y mi madre se están enterando ahora", afirmaba. No obstante, hay algo que podría retrasar sus planes ya que al matrimonio le gustaría ampliar la familia y si se produjera la feliz noticia, la boda "se tendría que retrasar".