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Mientras toda España está con la vista puesta en la nueva normalidad, Iñaki Urdangarin vive, desde que se decretó el estado de alarma, en la incertidumbre de saber cuándo volverá a salir de prisión. La pandemia ha hecho que los permisos penitenciarios que disfrutaba se anularan y aún no hay visos sobre cuándo podrá retomarlos. El marido de la infanta Cristina cumple este jueves dos de los cinco años y diez meses de prisión a los que fue condenado por el caso Nóos.
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Hasta hace tres meses, cuando se decretó el confinamiento, el exportista salía tres veces de la cárcel de Brieva (Ávila) en la que cumple su pena para ejercer como voluntario en el Hogar Don Orione de Pozuelo de Alarcón (Madrid), que presta atención a personas adultas con discapacidad física, intelectual y sensorial. Precisamente este centro se encontró al límite y sin recursos para hacer frente contra el COVID-19 durante las semanas más duras de la cuarentena. Su director, Francisco Sánchez, asegura que aún no sabe cuándo podrán recibir visitas ya que mientras tengan usuarios infectados la normativa sanitaria nos les permite reabrir. A ello se une la prohibición deriva del estado de alarma de viajar entre comunidades autónomas.
- Así han sido los cuatro días de permiso navideño de Iñaki Urdangarin
Tampoco se atisban cercanos otros permisos penitenciarios para pernoctar fuera de prisión. Hasta ahora ha disfrutado dos. Uno de ellos, de seis días, que tuvo lugar en febrero y otro, de cuatro, la pasada Navidad. Antes del estado de alarma, el 5 de marzo, Urdangarin había solicitado otro nuevo beneficio para poder abandonar Brieva dos fines de semana al mes que desestimó la Audiencia Provincial de Baleares. Este permiso de dos fines de semana al mes está contemplado en el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario y que abre la posibilidad a un régimen de internamiento más flexible. En su auto, el tribunal consideró “prematura” la aplicación de este beneficio, así como una suerte de “carta blanca” que, de hacerse efectiva, permitiría a cualquier preso acudir a estas cárceles para obtener este tipo de permisos y podría estar catalogado en una especie de tercer grado encubierto.
Aunque no pude salir, Iñaki Urdangarin sí puede recibir alguna visita, siempre con maparas de por medio, guantes y mascarillas pero en ningún caso puede salir ya que el domicilio que tiene comunicado está en Vitoria y aún no es posible esa movilidad. Sin embargo y según apunta El País, en las próximas semanas la junta de tratamiento de la cárcel de Brieva revisará su régimen que puede mantenerlo, o mejorarlo.
Si no se le concede antes, el marido de la Infanta podrá acceder al tercer grado cuando cumpla la mitad de su condena, que no será hasta dentro de aproximadamente un año, en mayo de 2021. Este privilegio se concede a los internos que por sus circunstancias personales y penitenciarias están capacitados para llevar a cabo una vida en semilibertad y para su concesión se valora su buena conducta, entre otros factores.
Al suspenderse todos los permisos, Urdangarin se ha perdido algunos acontecimientos familiares como los 55 años de su esposa, que los cumplió el pasado sábado, la mayoría de edad de su tercer hijo, Miguel, y los 15 años de su benjamina, Irene.
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