Este jueves 11 de junio nos dejaba Rosa María Sardá. La actriz, ganadora de dos premios Goya por una trayectoria impecable -concretamente, por sus papeles secundarios en Sin vergüenza y ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?- fallecía a los 78 años en Barcelona como consecuencia de un cáncer que padecía desde hacía más de seis años. Horas después de conocerse la triste noticia de su muerte, numerosos amigos y compañeros de profesión hacían públicos mensajes de condolencia y cariño a modo de sinceros homenajes hacia la intérprete catalana.
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A primera hora de la tarde, algunos de ellos se acercaban al tanatorio de Sancho de Ávila de la Ciudad Condal. Entre ellos se encontraban sus familiares más cercanos, su hijo Pol Mainat, el padre de éste y ex de la artista, Josep María Mainat, componente del trío humorístico La Trinca, y su hermano Javier Sardá. Todos ellos llegaban con el semblante triste y lleno de dolor para despedirse de Rosa María Sardá.
Sus amigos Carlos Latre y Boris Izaquirre acudían juntos a dar el último adiós a su compañera. Los dos quisieron destacar ante los medios de comunicación que les esperaban a las puertas para recoger sus primeras palabras en memoria de la presentadora, hermana de Javier Sardá, que era "única, multidisciplinar, talentosa y valiente". Minutos después era, precisamente, el periodista Javier Sardá el que se dejaba ver, acompañado de su mujer, Ana Gutiérrez, aunque apenas pudo hablar. Únicamente se limitó a dar las gracias por el pésame recibido por parte de los reporteros allí presentes.
Las medidas de seguridad impuestas por la crisis sanitaria del coronavirus limitaban la presencia de familiares y amigos en el tanatorio a solamente 15. Así, principalmente se trataban de las personas más cercanas a Rosa María Sardá, como sus hermanos, su hijo, su expareja y algunos de sus amigos más íntimos. Todos ellos quisieron despedirla en la intimidad y llegaron por separado con la pertinente mascarilla. Del mismo modo, Toni Cruz, otro de los componentes de La Trinca, y varios componentes del mítico Crónicas Marcianas, como Manel Fuentes, fueron otros de los asistentes al velatorio de la conocida y querida actriz, que ya hace un mes y medio confesó que no atravesaba por su mejor momento.
Fue durante una entrevista con Jordi Évole, en la que comentó cómo se encontraba. "Tengo un cáncer que está controlado", manifestó entonces ligeramente pesimista. "El cáncer es invencible, esto no se trata de una lucha. Es una cuestión de que los que se ocupan del tema tengan más o menos tino a la hora de programar ciertas medicaciones, pero no se trata de ningún match para ver quién gana, porque el cáncer siempre termina ganando", le dijo al presentador, que mostró su desacuerdo con esa afirmación. "A veces se sale", replicó Évole.