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La lección que aprendió Pau Donés a los 16 años tras la trágica muerte de su madre

El cantante demostró en los últimos años que no tenía ningún miedo a vivir


Actualizado 9 de junio de 2020 - 21:30 CEST

Numerosos compañeros de profesión, fans, amigos, conocidos y desconocidos para él han llorado por igual su muerte. Este martes 9 de junio nos dejaba Pau Donés, cantante de Jarabe de Palo y una de las voces más carismáticas de los últimos años que ha acompañado con sus canciones muchas juventudes y adolescencias de los años 90, principalmente. Un cáncer de colon que le diagnosticaron hace casi un lustro era el que finalmente acababa con su vida, la misma a la que perdió el miedo cuando tan solo tenía 16 años de edad.

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Fue precisamente este trágico episodio el que le hizo aprender la mayor lección: la de no tener miedo. Quizá una vez que se conoce este instante que marcó sin duda su vida puede entenderse mejor la actitud que mostró a raíz de anunciar que padecía cáncer. Solía decir que esta enfermedad no era protagonista de su vida

La década de los 80 le marcó especialmente, no es de extrañar teniendo en cuenta que fue entonces cuando, en plena adolescencia, se enfrentó a uno de los momentos más duros de su existencia. Tanto él como sus cuatro hermanos pequeños perdieron a su madre, Nuria, que se quitó la vida. "Yo era muy joven y su fallecimiento fue para mí un aprendizaje, un palo. Me he hecho músico por la afición que ella tenía a los discos vinilo y que me ponía en el tocadiscos. Estoy seguro de que ella me verá, pero desde otro sitio", comentó hace ahora tres años durante una entrevista con Mujer Hoy.

"Se suicidó justo una semana después de que yo cumpliera 16 años. La muerte de una madre... ¡menudo palo! La lección fue severa pero definitiva: el sentido de la vida cobró la importancia que en realidad tenía y que yo, hasta el momento, no le había sabido dar. Sufrí un dolor insoportable, un miedo atroz e infinito", llegó a escribir en su autobiografía 50 palos... y sigo soñando.

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La década de los 80 le marcó especialmente, no es de extrañar teniendo en cuenta que fue entonces cuando, en plena adolescencia, se enfrentó a uno de los momentos más duros de su existencia. Tanto él como sus cuatro hermanos pequeños perdieron a su madre, Nuria, que se quitó la vida

Fue precisamente este trágico episodio el que le hizo aprender la mayor lección: la de no tener miedo. "De la noche a la mañana pasé de ser un adolescente idiota con 16 años, que me pensaba que me iba a comer el mundo, que sabía todo, que mis padres no sabían nada... de golpe a ser madre, padre de mis hermanos y a afrontar la vida con una responsabilidad que nunca había tenido, y eso me hizo muy fuerte", comentó en 2008, mientras se encontraba de gira por Quito. Fue ahí cuando le perdió "el miedo a la vida, de un día para otro".

Quizá una vez que se conoce este instante que marcó sin duda su vida puede entenderse mejor la actitud que mostró a raíz de anunciar que padecía cáncer. Solía decir que esta enfermedad no era protagonista de su vida, sino "una anécdota más, algo poco importante, un catarro mal curado". Su intento por desestigmatizar el cáncer ha sido una de sus señas de identidad en los últimos cinco años, en los que siguió llevando una vida normal y exprimiéndola al máximo, surfeando cuando le apetecía y haciendo música cada día (en 2007 llegó a recorrer más de 200.000 kilómetros por todo el mundo en una gira mundial).

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