"¡Ayyyyyy!". La primera reacción de Ana María Aldón al subir la persiana de tela que la separaba de su hija mayor, Gema, y descubrirla al otro lado del cristal era de emoción contenida. La esposa de José Ortega Cano recibió, como el resto de finalistas, una visita -con las pertinentes medidas de distancia social que exige la crisis sanitaria del coronavirus- en la última gala de Supervivientes. Entre risas y lágrimas, la diseñadora no paraba de preguntarle cómo estaba y qué hacía en Madrid. "A ver, date la vuelta, qué guapa estás, hija", repetía sin cesar.
Ana María Aldón, la superviviente que vuelve de Honduras con nombre propio
La joven, de 24 años, era hasta hace nada una completa desconocida para la audiencia. Hace tan solo unos días apareció por primera vez en televisión y lo hizo para hablar sobre el concurso de su madre y para explicar por qué no era la encargada de defender su paso por Honduras en los platós. Sin embargo, este jueves por la noche, dejaba a un lado la timidez de quien no está acostumbrado a los focos y las cámaras y no tenía reparos en mostrar sus sentimientos al volver a ver a su progenitora. "Te quiero mucho mamá. He venido para defenderte porque eres la mejor", le respondía sin dejar de sonreír.
"Mira mi hija qué guapa es, qué atrevida que has ido al plató", era la réplica de Ana María. "Por ti me cruzo los siete mares si hace falta. Me han tratado muy bien y Jorge es increíble, muy buena gente", compartía Gema entonces, provocando las risas del presentador. "¿Qué es lo que más te ha gustado del concurso de tu madre?", se interesaba Jorge Javier. "Lo jabata que ha sido, todo lo que tiene lo ha conseguido por ella misma y estoy muy orgullosa", respondía la joven, minutos antes de que las dos se fundieran en un abrazo, eso sí, a través de la puerta de plástico, tal y como sucedió la semana pasada con la anterior ronda de reencuentros de los concursantes.
Cuando se han podido abrazar, Gemma ha aprovechado para acariciar la cabeza rapada de su madre diciéndole que estaba "muy bonita". "Estoy calva", exclamaba la mujer de Ortega Cano antes de preguntarle "¿has visto cómo me cortaron el pelo todos?". Su hija le ha tranquilizado diciendo que, tal y como pidió desde Honduras, ya tiene en casa dos pelucas preparadas.
Durante el breve reencuentro también han tenido tiempo para hacer planes de futuro como ir a una pizzería, una discoteca y a pescar en las aguas de Cádiz. Lo que ha traído a la memoria de Ana María las veces que se acordó de su hija en la isla por momentos que le hubiera gustado compartir con ella. La diseñadora también ha bromeado sobre todo el tiempo que ha pasado en el programa, en contra de lo que había pensado en un principio. "Yo me vine a Honduras y no sabía que iba a estar 4 meses, por pocas me dejan allí con los garífunas", ha dicho entre sonrisas.