Quedan pocas horas para que se conozca quién será el ganador de Supervivientes 2020. Una edición marcada por las sorpresas, a consecuencia de la crisis sanitaria por la COVID-19 que ha obligado a reformular la fase final del concurso. Los participantes que quedaban en la isla, así como todo el equipo que hace posible el programa desde Honduras, volvieron a España precipitadamente y se encuentran guardando la cuarentena en un complejo hotelero de Madrid. Desde allí están viviendo sus últimos días como supervivientes, han podido ver a algunos de sus seres queridos a través de una mampara y esperan impacientes el desenlace. También los miles de espectadores que siguen fielmente el formato y que esta noche tendrán que despedirse del mismo hasta la próxima edición.
Como previa a la gran final, anoche se emitió un programa especial conducido por Carlos Sobera en el que se repasó el concurso de los cuatro finalistas que optan al maletín, bajo el nombre de Supervivientes: Camino a la final, con un resumen de los mejores momentos de Rocío Flores, Ana María Aldón, Jorge Pérez y Hugo Sierra; de sus grandes desafíos en estos tres meses de aventura, sus más sonados enfrentamientos, decepciones y aprendizajes. El uruguayo y el guardia civil serán los primeros que hoy se sometan al veredicto de la audiencia, que decidirá quién se convierte en tercer finalista.
Ana María Aldón, una de las sorpresas
La mujer de José Ortega Cano se embarcó en esta aventura con el objetivo de darse a conocer tal y como es, dejando atrás la simple figura de 'mujer de'. Y lo ha conseguido. Su humor, fortaleza y compañerismo la señalan como una de las grandes sorpresas de la edición. En Honduras ha asegurado vivir una "segunda juventud", ha aprendido a nadar y ha demostrado una gran destreza con la pesca. También ha vivido momentos de tensión, sobre todo con Avilés y Hugo, y ha tenido una irregular relación con Rocío Flores; la recta final las ha unido más que nunca pero en el desarrollo del reality la hija de Antonio David Flores le ha reprochado en varias ocasiones que no saliera en su defensa. ¿Su gran afición en la isla? recoger almendras.
Hugo Sierra, puro superviviente
El ex de Adara Molinero ha demostrado fuerza y grandes capacidades de supervivencia, dándolo todo en cada una de las pruebas y poniendo de manifiesto su gran carácter competitivo así como su mal perder. Ha hecho fuego, ha pescado y no ha tenido tapujos en decir a sus compañeros lo que pensaba, algo que le ha ocasionado más de un desencuentro. Con Elena, la abuela de su hijo, ha tenido duros enfrentamientos, pero también ha vivido con pasión su fugaz relación con Ivana, de quien se acabó alejando, lo mismo que hizo con el resto de robinsones durante las últimas semanas en la isla.
Rocío Flores, a corazón abierto
Solo ha estado nominada en una ocasión y se ha ganado a sus compañeros y a los espectadores por su sinceridad y simpatía. Entró con miedos y complejos, que ha ido dejando atrás en estos tres meses en los que ha encontrado en Barranco a su gran aliado. Protagonizó una sonada ruptura con José Antonio Avilés y vivió una dura experiencia junto a Yiya, con quien no congeniaba en absoluto. Pero si algo ha emocionado de la nieta de Rocío Jurado son aquellos momentos en los que se ha roto y se ha abierto a toda la audiencia, confesando su deseo de retomar el contacto y la relación con su madre y la pena que siente por esa ausencia.
Jorge Pérez, querido por la audiencia
El guardia civil era uno de los más desconocidos de la edición pero se ha ganado el corazón de los espectadores, que le han salvado en repetidas ocasiones. Su cambio físico ha sido muy notable y siempre se ha mantenido fiel a su consigna de huir de los conflictos. Es uno de los concursantes que más veces se ha colgado el collar de líder y ha encontrado en Elena Rodríguez un gran apoyo durante esta aventura. Durante su despedida de la isla llegaba a asegurar que se siente ganador solo por haber vivido esta experiencia extrema.