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Con el calor llegan las siestas, que tanto apetecen después de comer, y Toñi Moreno, que sigue disfrutando de la cuarentena en su casa con su hija, lo tiene en su lista de prioridades. La presentadora fue madre de su primer bebé, al que llamó Lola, el pasado mes de enero, y aunque rápidamente volvió al trabajo, la crisis del coronavirus le dio la oportunidad de disfrutar de su pequeña en unos meses en los que las cosas cambian mucho más deprisa de lo que uno piensa. Ha sido muy sincera sobre las dificultades de su situación y de cómo los planes hicieron que se planteara o replanteara cosas que, quizás, en su momento pensé de manera totalmente diferente. Sin embargo, algo tan sencillo como el descanso de media tarde le ofrece la oportunidad de echar la vista atrás a su propio pasado y encontrar una excusa más para sonreír.
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"A mí me gustaba echarlas con mi padre", ha escrito Toñi en una publicación sobre la hora de la siesta en la que los piececitos de su hija, así como una monísima ronita de limones, se convertían en protagonistas. "Qué maravilla", le responde Niña Pastori, mientras que Bárbara Rey y Violeta Magriñán escriben emojis con corazones. Cerca de 7.000 personas le habían dado a "me gusta" en la primera media hora, demostrando que las fotografías de la pequeña Lola siempre despiertan la curiosidad de los seguidores de la presentadora. Lo cierto es que el padre de la periodista falleció en 2016 a causa de un cáncer y estaban muy unidos. "Supongo que todos tenéis un ángel. Alguien a quien acudir cuando parece que todo se rompe en mil pedazos... Alguien, da igual la forma que tenga, que es capaz de cogerte de la mano y apretarte tan fuerte que todo vuelve a su lugar", escribía en 2019 para recordarle.
A finales de abril, Toñi volvía a la televisión tras la paralización de Mujeres, hombres y viceversa. Lo hacía primero en Sálvame, en donde entraba por sorpresa de manera momentánea mientras se preparaba para participar como colaboradora en la noche de Supervivientes, en cuyo plató la hemos visto de manera recurrente. Esto ocurría después de que la presentadora dejara de grabar vídeos desde casa en Mtmad por no encontrarse bien a nivel psicológico: "De ánimo estoy bien, pero tengo sensación de asfixia". "Tengo la sensación de que terminan los días y no he hecho nada. Se me va un día detrás de otro. Es que no tengo un horizonte. Cada quince días el Gobierno nos dice que otros quince", confesaba agobiada.
Estaba llevando el aislamiento peor de lo que esperaba debido a los problemas de sueño, el estrés y el encierro. "Llevo fatal estar lejos de mi familia. Mi madre me preocupa", señalaba agobiada, a pesar de que se ven a diario a través de videollamadas. " Yo llamo a mi madre cuando está la niña despierta para que mi madre la vea. A mis hermanas igual, a mis amigas… tengo doscientos millones de chats", decía.
Cuando la situación mejoró en nuestro país y el Gobierno autorizó los paseos, la presentadora aprovechaba las buenas temperaturas primaverales para salir con su hija por las inmediaciones de su domicilio y esa se convertía en la primera vez que podía un pie fuera de casa, puesto que hasta entonces había preferido pedir la compra para que se la mandaran a casa. Ahora, cuando lo peor parece haber pasado, Toñi puede disfrutar con nuevos ojos de cosas tan sencillas como una pequeña siesta que le recuerda a su familia.