Hace exactamente 365 días, el jugador de fútbol José Antonio Reyes perdía la vida cuando conducía su vehículo de regreso a su casa para encontrarse con su familia, con su mujer Noelia López y con sus tres hijos. El trágico accidente automovilístico provocó que uno de los primos, Jonathan, también falleciera, y que el otro, Juan Manuel, sufriera lesiones graves que le mantuvieron hasta dos meses en la Unidad de Cuidados Intensivos. José Antonio Reyes tenía tan solo 35 años y su muerte conmocionó no solo a sus seres queridos, sino también al mundo del fútbol y a la sociedad española en general.
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El hijo de José Antonio Reyes recuerda a su padre seis meses después de su muerte
Un año después, su viuda ha querido homenajearlo. Si bien es cierto desde que se fue lo tiene muy presente y han sido muchas las ocasiones en las que ha compartido fotografías suyas o mensajes, dejando claro que lo recuerda constantemente, hay fechas señaladas en las que no deja pasar la oportunidad de rendirle tributo. Así lo hizo por ejemplo el pasado 17 de junio, cuando se cumplían dos años de su boda, o en septiembre, coincidiendo con el cumpleaños de Reyes, cuando habría cumplido 36 años.
Este lunes, Noelia López ha recurrido a un vídeo de lo más emotivo, de diez minutos de duración, en el que sus seguidores han podido ver su particular álbum de fotografías junto al deportista, prácticamente toda su historia de amor contada con Pitingo como banda sonora. Pero además, la viuda de Reyes ha plasmado, a través de un relato, que reproducimos a continuación, lo que para ella significa su marido:
"Por siempre. Cuentan que un viajero cruzando el desierto vio a un hombre pensativo sentado al pie de una palmera, junto a sus camellos cargados. El viajero supuso que era un mercader de objetos de valor y que se dirigía a vender sus joyas, perfumes y tapices a alguna ciudad vecina. Como llevaba demasiado tiempo sin hablar con alguien, se acercó al mercader pensativo y le dijo:
-Buen amigo, ¡salud! pareces muy preocupado. ¿Puedo ayudarte en algo?
-¡Ay! -respondió el mercader- Me encuentro muy afligido porque acabo de perder la joya más valiosa de todas...
-Bueno, la pérdida de una joya seguro que no es gran cosa para ti. Llevas gran cantidad de ellas en tus camellos y seguro que no te costará reponerla.
-¿Reponerla? -exclamó el mercader- ¡Si fuera tan sencillo! No conoces el valor de mi pérdida…
-¿Cuál es la joya que has perdido?- preguntó el viajero.
-Una joya como ninguna otra, que no volverá a hacerse jamás. Se encontraba tallada en un pedazo de piedra de la vida y realizada en el taller del tiempo. Sus adornos eran veinticuatro piezas brillantes, agrupados a su alrededor sesenta más pequeños… Es imposible que se llegue a reproducir otra joya con similares características.
-Debía ser preciosa, sí – expresó el viajero – Pero, con mucho dinero ¿no podrías hacerte otra igual? .
-La joya perdida era un día... Y un día que se pierde, no vuelve a encontrarse...Y nos regaló sus días ?❤️ #losfuturostienenunaformadecaerseenlamitad #siempreestarasenmicorazon #graciasportanto".