La de anoche fue una gala emotiva. Todos los supervivientes que aún siguen en el concurso ya han regresado a España y se encuentran guardando la cuarentena exigida por el Gobierno a causa de la crisis sanitaria por coronavirus en un complejo de Madrid. Estas circunstancias excepcionales han obligado a la organización del programa a improvisar una fase final diferente y que se desarrollará en diferentes galas. De momento, la última ha dejado una nueva expulsión, la de Barranco, que se batía en duelo con uno de los grandes descubrimientos de la edición, Jorge Pérez. Rocío Flores, Hugo Sierra, Ana María Aldón y el guardia civil son, por tanto, los únicos concursantes que quedan con opciones de llevarse el maletín.
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En las instalaciones donde ahora se encuentran deberá permanecer igualmente el expulsado, así como Elena Rodríguez, que abandonó la pasada semana. El aislamiento por cuestiones de seguridad hace más difícil la vuelta para los robinsones, que han permanecido ajenos a las consecuencias reales de la COVID-19 durante su estancia en Honduras. La escasa información a la que han tenido acceso no les ha servido para hacerse una idea de lo que les esperaba y ahora se han topado con la imposibilidad de tener contacto con sus seres queridos. Sin embargo, el programa quiso favorecer anoche un encuentro de cada uno de ellos con algunos de sus allegados. A través de una mampara y con la posibilidad de abrazarse a través de unas mangas de plásticos, todos recibieron alguna emotiva visita. La más sorprendente, la de Rocío Flores.
La benjamina del reality esperaba junto a la mampara, aún cubierta por una tela, sin imaginar quien la esperaba al otro lado. Incluso Jorge Javier Vázquez desde plató bromeaba con la posibilidad de que fuera Yiya, su gran enemiga en la aventura. Pero el misterio se desvelaba y la hija de Antonio David Flores se quedaba completamente en shock al ver a su novio Manuel. "Ay que me muero", atinaba a decir con las manos en la cara mientras le miraba sin palabras, "estoy flipando". Su pareja intentaba transmitirle un mensaje de ánimo pero Rocío no salía de su asombro: "Estamos todos orgullosos de ti. Estás muy guapa. Estamos a muerte contigo. Estamos todos bien. Tienes que estar en la final, te lo mereces. Hay mucha gente que te apoya".
"Escucha, tengo muchas ganas de verte, te amo", le declaraba Manuel con los espectadores como testigos, en la que es su primera aparición televisiva pues siempre ha permanecido alejado el círculo mediático. Frustrada por no poder atravesar el cristal, la nieta de Rocío Jurado se emocionaba cuando Jorge Javier daba paso a la 'puerta de los abrazos', que les ha permitido tener un contacto algo más cercano. La pareja se ha abrazado y dedicado bonitas palabras de amor, que incluso han acabado en beso con el plástico como barrera. "No me lo puedo creer, estoy no es real. Yo sé que todo esto te pesa una barbaridad pero muchas gracias por hacer esto por mí, no sabes la falta que me hace", le ha agradecido ella con lágrimas en los ojos. El encuentro duraba apenas unos minutos y no ha querido dejar pasar la oportunidad de mandar también un mensaje a su familia: "Te quiero con locura, te echo muchísimos de menos, que le des un beso a todos y que me muero de ganas de abrazaros".