"Lo importante para construir iuna vida de verdad es destruir una vida de mentira". José Antonio Avilés volvía a repetir las mismas palabras que había pronunciado días antes nada más llegar a España, concretamente en el tren que le llevaba de camino a su casa. En esta ocasión el interlocutor no era una reportera del programa Viva la vida en el que él colabora habitualmente, sino Carlos Sobera, el presentador que se pone al frente de Supervivientes cada martes.
© CuatroAdemás de interrogarle por las famosas deudas que tiene el colaborador, y que según él está abonando poco a poco con el dinero que percibe por su participación en el reality, Sobera quiso saber cómo era su relación con los compañeros que dejaba en el concurso, principalmente con Rocío Flores, a la que le unía una buena amistad hasta que todo saltó por los aires y las discusiones entre ellos como consecuencia de la actitud de él comenzaron a hacer acto de presencia.
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"Rocío ha sido la persona a la que he llorado, con la que me he reído... se me fue la olla totalmente y no tuve freno, tiré a matar. Ella se portó bien conmigo y entendí por qué había tanto dolor alrededor de esa bronca. No se merece que te haya arrastrado por el suelo de esa forma, sabía lo que le iba a doler", explicaba José Antonio Avilés, que ya pidió perdón a la nieta de Rocío Jurado en Honduras. Sin embargo, aquellas disculpas no terminaron de convencer a la hija de Rocío Carrasco y Antonio David Flores, que se mantuvo firme. "El daño ya está hecho", manifestó entonces.
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© TelecincoEn su día, el colaborador le espetó a Rocío Flores que era una interesada que solo se había acercado a él por interés, para obtener información. "Has venido aquí a limpiar tu imagen, porque sabes que la tenías muy manchada. Preocúpate de arreglar las cosas con tu madre antes de meterte en cosas con los demás y no insinúes cosas sobre ella", fueron algunas de las palabras que llevaron a que la nieta de La más grande rompiera definitivamente su amistad con el colaborador.
