La llegada a España de los cinco concursantes que aún quedan en Supervivientes 2020 está cada vez más cerca, pero en los días que han transcurrido desde que se celebró la última gala en Honduras, los robinsones han tenido la oportunidad de decir 'adiós' a la que ha sido su casa durante más de tres meses de una manera peculiar. El pirata Morgan les daba la opción de visitar su rincón favorito de los Cayos Cochinos de manera individual, y así poder despedirse antes de terminar su participación en el reality. Playa Uva fue el lugar escogido por los cinco supervivientes, aunque allí cada uno elegía un rincón diferente. Ninguno de ellos podía evitar emocionarse durante la visita al recordar lo vivido a lo largo de estos casi noventa días de superviviencia. Mientras unos se decantaban por un lugar con rocas, otros preferían un tronco o dar un paseo entre los almendros y Rocío Flores escogió un rinconcito con un árbol muy especial que preside una pequeña isla en la citada playa.
Al llegar, la hija de Antonio David Flores aseguraba que en ese lugar ha vivido "las dos mejores semanas del concurso". Además, es el lugar donde empezó "a pescar y a descubrir un mundo que me encanta". Frente a 'su árbol' y sin poder reprimir las lágrimas, la concursante admitía que en ese sitio también se había dado cuenta de que "hay que aprender a dejar todo atrás y empezar de cero". "A pesar de lo mal que lo hemos pasado en esta edición, creo que tenía que vivir esto para superar muchísimos miedos", explicaba sin dejar de llorar.
Toda una lección que lleva consigo una declaración de intenciones que piensa poner en práctica a su regreso: "A partir de ahora quiero que cambien un montón de cosas con respecto a mi familia", decía muy emocionada tras reflexionar y hacer un repaso a sus vivencias en la playa, reconociendo además lo mucho que va a echar de menos Honduras. El distanciamiento con su madre ha estado muy presente durante su concurso, aunque ha intentado evitar hablar de manera concreta sobre este asunto a lo largo de dos meses.
Pero en las últimas semanas en Supervivientes, Rocío Flores ha vivido una montaña rusa de emociones y ha abierto su corazón más que nunca precisamente hablando de su familia. 'El puente de las emociones' ha sido un punto de inflexión para ella, y aprovechando cada uno de los peldaños de esta prueba de Supervivientes (culpa, arrepentimiento, perdón y distanciamiento), la nieta de Rocío Jurado manifestaba su deseo de retomar la relación con su madre: "El llevar tantísimos años sin hablar con ella, el fracaso en cada intento, es muy doloroso". Y terminaba de manera tajante y muy clara: "La echo de menos". Rocío Flores regresa de la isla con una actitud conciliadora a pocas semanas de celebrarse la final de esta edición extrema.