Carmen Borrego continúa recuperándose tras dar positivo por segunda vez en coronavirus y, aunque la carga viral ya es mínima, aún está llevando a cabo la cuarentena recomendada por los especialistas recluida en su domicilio encompañía de su marido, José Carlos Bernal. A pesar del aislamiento, toda la familia está pendiente de su evolución y sobre todo de su estado anímico. Miedo y angustia son los sentimientos que ha experimentado la pequeña de las hijas de María Teresa Campos y, en los últimos días se ha hablado de una posible depresión. Su hija Carmen Rosa Almoguera ha querido salir al paso de esas informaciones, y lo ha hecho a través de los micrófonos de Gtres: "El confinamiento es el confinamiento y nos afecta psicológicamente a todos, pero mi madre está bien". Su positivo dio al traste con los planes familiares por los que María Teresa Campos iba a mudarse con su hija y su yerno, por lo que finalmente la presentadora está conviviendo con su nieta. Así lo ha confirmado la abogada: "Estoy bien con ella, pero ahora hay que reactivar trabajos y moverse".
Precisamente el trabajo es la otra preocupación de la tertuliana. La enfermedad la ha tenido de baja durante un mes, pero Carmen Borrego ya va retomando poco a poco su actividad profesional y ha vuelto a colaborar en Viva la vida, eso sí, a través de videollamada. Sigue aislada, respetando las medidas de seguridad para no contagiar a su marido, que es quien se encarga de su bienestar y de que su recuperación sea favorable. Ella misma ha explicado cómo ha recuperado poco a poco su 'libertad' al poder salir de su cuarto, aunque sigue sin poder estar en la misma habitación que su pareja.
Carmen ha pasado el coronavirus en su domicilio, los síntomas no han sido leves, pero afortunadamente no ha tenido que estar ingresada en el hospital. Comenzó teniendo fuertes dolores musculares y gastroentiritis por lo que se le realizó el test que confirmaba el positivo. A esto le sumaba entonces su preocupación por su situación económica, ya que tenía que dejar temporalmente su trabajo en televisión. Y así es como han transcurrido estas semanas desde que supo que se había contagiado. El miedo ha sido su peor enemigo a lo largo de este mes que lleva lidiando con el COVID-19, pensando en si contagiaría a su marido y en cómo evolucionaría la enfermedad.
Parece que lo peor ha pasado ya, aunque Carmen sigue esperando su negativo. Y mientras llega el ansiado resultado, cada día habla con su hija Carmen Rosa, que está con María Teresa Campos. La comunicadora se ha ido a vivir con la mayor de sus nietos porque Terelu acaba de hacer la mudanza a su nueva casa. Ha sido con ella con quien María Teresa ha convivido durante las primeras semanas de confinamiento, siguiendo también a rajatabla las recomendaciones de seguridad. Muy concienciadas con la situación, las tres anhelan volver a reunirse, abrazarse y recuperar la 'nueva normalidad'.