La de anoche fue una de las galas más desgarradoras de la historia de Supervivientes. La prueba 'El puente de las emociones' volvía a entrar en escena en Honduras, después de que la semana pasada lo estrenaran Ivana Icardi, Barranco y Hugo Sierra, y las emociones, los sentiientos y las lágrimas no faltaron, sobre todo cuando el argentino recordaba a su hija mayor, con quien apenas tiene contacto. Ahora, era el turno de Rocío Flores, Ana María Aldón, Jorge Pérez y Elena Rodríguez, el resto de concursantes que quedan en la isla. Si bien todos ellos se rompieron y demostraron una gran valentía al enfrentarse a sus dolores y miedos más profundos, fue la confesión de la madre de Adara la que acabó por hacer llorar hasta a Lara Álvarez.
"Esa niña era disléxica y tenía falta de concentración. Su mamá no lo entendía y pensaba que se portaba mal y usaba la correa (…) No hay culpables. Amo a mi madre más que a mí misma, ella no se dio cuenta que cada correazo que me daba hacía que yo me hiciera más pequeña, y dejara de existir y creciera en mí un monstruo que me atormentaba continuamente y me dijera que no podía hacer nada". Estas palabras son solo un extracto de la dura confesión que Elena hizo anoche en directo. Su hija, Adara Molinero, que estaba viendo la gala desde casa, no pudo evitar hacer un directo desde su perfil y compartir con sus seguidores cómo se sentía y cómo había vivido el desgarrador testimonio.
"Madre mía, ha sido fortísimo porque son temas que yo viví. Yo he vivido temas muy fuertes en mi infancia y nunca lo conté en Gran Hermano", explicaba delante de la pantalla de su móvil destacando la valentía de su madre. "Tengo el estómago súper revuelto. He flipado totalmente. Mi madre ha contado poquísimo, una pincelada de lo que fue su infancia y ha sido muy valiente pero bueno, espero que todas esas huellas y recuerdos tan feos que le dejaron los pueda dejar allí", concluía la ganadora de Gran Hermano VIP 7.
La emoción fue una constante en Supervivientes: Tierra de nadie, pues a las palabras de Elena se sumaron las también complicadas historias de sus compañeros de aventura. Ana María Aldón confesaba los duros episodios que vivió en su infancia con su padre; Rocío Flores se rompía al hablar del distanciamiento con la suya y Jorge mostraba su culpa por haberse alejado de su padre cuando más le necesitaba a su lado.