Son casi tres meses de superviviencia en Cayo Paloma que empieza a afectar seriamente la salud de los concursantes. Antonio Pavón tuvo que abandonar por razones médicas, pero otros como Albert Barranco también pasaron por la enfermería de Supervivientes. Ahora le ha llegado al turno a tres de los aspirantes, Rocío Flores, Jorge Pérez y Hugo Sierra. Cada uno por un diferente motivo, sus compañeros han vivido quejas y conversaciones acerca de los dolores que tienen en la actualidad. En el caso de la hija de Antonio David Flores, por partida doble. La joven, en su empeño por pescar incluso con un tiempo horrible, ha acabado con las manos en carne viva al intentar coger caracolas para el equipo: "Las tengo ardiendo". Sus compañeros han alucinado con sus heridas, que no le han permitido hacer nada más que soplárselas durante varios minutos. Pero no ha sido su único problema físico, ya que los hombros le están jugando una mala pasada.
Así ha sido el cambio físico de los concursantes de 'Supervivientes'
"El único momento en el que te despejas es cuando te metes en el agua, es el único momento en el que no pienso en nada", comentaba Rocío con su amigo Barranco, cuando se ha decidido a contarle el peor dolor que está experimentando en los tres meses de concurso. "Me duelen los brazos que no te puedes hacer una idea, tengo los hombros hechos polvo… Me voy a tener que operar de verdad porque me duelen. Si los tenía fastidiados antes, me los he terminado de fastidiar aquí", insistía la nieta de Rocío Jurado, que piensa en pasar por quirófano para arreglar sus problemas.
Hugo Sierra también ha preocupado a sus compañeros por una extraña dolencia física. Echándose las manos a la boca, el uruguayo ha explicado que no siente nada desde la parte del bigote hasta la barbilla. Este pequeño dolor y la falta de tacto ha surgido después de pasar demasiadas horas con el equipo de pesca en su rostro. "Me he debido de pillar un nervio, me duele un poquito y no siento nada", expresaba el concursante, tranquilo a pesar de su problema.
Jorge Pérez tampoco se ha librado de dolores a consecuencia de las extremas condiciones de la supervivencia. Tal y como ha explicado, cada día su espalda está peor. "Hemos perdido peso y tu cuerpo toca directamente con el suelo", comenzaba a decir, soñando con volver a estar sobre su colchón: "Me imagino el dormir en una cama por primera vez en tanto tiempo y lo veo muy relajante y placentero". El nominado ha pasado la noche enterrado por la tormenta de arena provocada por el mal tiempo, que no ha hecho sino incrementar sus dolencias.