Supervivientes ya ha entrado en su recta final y cuenta las semanas para conocer quién será el flamante ganador de esta edición. Llevan más de tres meses aislados en Honduras sin apenas comida, sin fuerzas y con una final cada vez más cerca. Estos casi 90 días aislados de sus familias son los que están empezando a pasarles factura, sobre todo a Albert Barranco. A pesar de haber comido más que sus compañeros gracias a un nuevo reto del pirata Morgan, el extronista de Mujeres y hombres y viceversa está de mal humor y en los últimos días han sido pocos los momentos en los que se le ha visto sonreir y con el buen talante del que ha hecho gala a lo largo de su participación en el reality. El robinson está acusando la separación física de los suyos y así se lo ha confesado a Rocío Flores y a Jorge durante una charla por la noche en la que han hecho balance de su situación actual. "Me sabe fatal decirlo, pero estoy derrumbadísimo", les decía a sus dos buenos amigos.
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"Me levanto cada mañana diciendo: 'me va a dar algo'", explicaba. "Esto me ha sobrepasado", afirmaba comentando que llevan 93 días en Honduras "sin saber nada de los nuestros". Aunque sus padres y su novia Carla siempre han estado presentes a lo largo del concurso, ahora que se acerca la final estas ausencias le están afectando más de lo esperado: "Tengo muchísimas ganas de volver a España y estar con mi familia". Un sentimiento que compartía Jorge que, semana tras semana, ha conseguido librarse de la expulsión.
Jorge es, junto con Rocío Flores, el mejor apoyo de Barranco en la isla. Mientras que su amistad con el funcionario surgía casi desde el primer momento, con la nieta de Rocío Jurado ha sido una relación que ha ido avanzando poco a poco a medida que pasaban los días en los Cayos. A su lado ha ido superando las pruebas, el día a día de la convivencia y también los distintos enfrentamientos que ha tenido con otros compañeros. Fue precisamente su compañera la que le defendió cuando José Antonio Avilés le hizo pasar "los peores días de mi vida", como llegó a definirlos. Por eso para él, Rocío es 'intocable'.
Y aunque el concurso de Barranco ha estado marcado por esta relación de amistad tan especial que ha forjado con la hija de Antonio David Flores, sus dotes para la supervivencia le han convertido en un imprescindible para el grupo. Mientras que Ferre fue el primero en pescar en esta edición de Supervivientes, él fue el primero en hacer fuego, un elemento imprescindible para sobrellevar su estancia en Honduras. Pero sus aptitudes van más allá y su fortaleza física y mental le ha llevado a superar, entre otros imprevistos, un doloroso cólico nefrítico que a punto estuvo de dejarle fuera del concurso hace un mes. A pocas semanas de la final, el robinson es uno de los favoritos para ganar el reality.