Han pasado casi tres meses desde que Supervivientes 2020 diera el pistoletazo de salida y las increíbles transformaciones físicas de los concursantes son más que evidentes. La falta de recursos, la dureza de las pruebas y las complicadas condiciones para la supervivencia están haciendo mella en la imagen de los robinsones, que continúan dejándose la piel en el reality. Uno de los concursantes que se encuentra al límite de sus fuerzas es Hugo Sierra. La experiencia está transformando por completo al ex de la ganadora de GH VIP 7, quien parece estar renovándose física y mentalmente en los Cayos Cochinos.
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Al igual que otros supervivientes, como Jorge Pérez o Albert Barranco, el ex de Adara Molinero aterrizó en Honduras con un físico de infarto. Como amante del estilo de vida saludable, el ganador de GH Revolution podía presumir de tener unos músculos voluminosos y definidos, fruto de horas de gimnasio y una estudiada alimentación. Sin embargo, el paso de las semanas y la falta de alimento se están haciendo notar en la envidiable musculatura de Hugo. Además de contar con un tono de piel de lo más caribeño, el concursante está mucho más delgado que al inicio del reality y no cuenta con un ápice de grasa en el cuerpo, en el que se le marca la musculatura, especialmente en la zona de hombros, brazos y abdomen. Aunque anteriormente disimulaba la delgadez de la cara con la barba, el paso de las semanas también ha hecho estragos en el rostro del uruguayo, mucho más afilado y 'demacrado' que cuando saltó del helicóptero.
El superviviente no lleva nada bien el control del hambre y, especialmente en las últimas semanas, ha protagonizado numerosos enfrentamientos con sus compañeros por este motivo. Además del reparto de comida, la pesca se ha convertido en otro de los grandes temas de debate entre los habitantes de Honduras. El uruguayo ha demostrado ser muy estricto en cuanto al tiempo que invierten sus compañeros en pescar y esto ha provocado que haya tenido roces con Elena Rodríguez o con Ana María Aldón, la gran pescadora de la edición.
Los concursantes consideran que el ex de Adara es extremadamente competitivo y que tiene mal perder. Tanto es así que, cuando mantenía una relación amorosa con Ivana Icardi, no se tomó nada bien que su chica le superara en un reto de recompensa y se hiciera finalmente con el delicioso premio, un bocadillo de ternera con pimientos. Aún así, Hugo suele llenar el estómago con los privilegios que consigue en los juegos, en los que continúa dando el cien por cien, y sabe que cuenta con buena parte del apoyo de la audiencia. Un motivo de peso para afrontar con fuerza, aunque con muchos kilos de menos, la recta final del reality de supervivencia.