Tres días después de ser expulsada de Supervivientes 2020, Yiya entraba en directo anoche en Conexión Honduras para hablar con Jordi González, analizar cómo ha sido su paso por el programa y de paso conocer su imagen después de dos meses de dura supervivencia. Con una nueva peluca rizada más larga que la que ha lucido durante el reality, volvía a manifestar lo que ha significado para ella participar en el concurso donde ha logrado cumplir su objetivo, que no era otro que alcanzar el crecimiento personal. Y esto se ha visto reflejado en la evolución que ha tenido su relación con Rocío Flores, con la que ha llegado a tener un acercamiento, para sorpresa de todos, después de haber sido su enemiga declarada casi desde su llegada a la isla.
Además también ha sido el momento de hablar con sus familiares. La primera llamada que recibía Yiya era la de su madre María Luisa. Eran tantas las cosas que quería decir la exconcursante, que ocupó el minuto de tiempo que tenían las dos para charlar. "Tu trabajo conmigo ha sido difícil, pero gracias", decía entre lágrimas refiriéndose a su rebeldía. "No te preocupes por eso, estamos orgullosos de ti", fue la respuesta de su madre. Pero las sorpresas no terminaban ahí. Su hermano Juan Carlos también quiso hablar con ella y solo tuvo palabras de cariño. A él también le contestó con otra disculpa: "No se lo hago pasar muy bien a la gente que quiero. Mi hermano se merece un perdón".
Yiya ha vuelto a sincerarse como ya hizo el pasado jueves con Jorge Javier Vázquez minutos después de su expulsión. En esta ocasión ha hecho un repaso de su relación con Rocío Flores, aunque no quiso ahondar en los comienzos del concurso porque ahora se encuentra en una nueva etapa con ella. "Tiene unas cualidades que despiertan admiración por mi parte. Y las personas a las que admiro tienen un hueco en mi vida", comentaba al respecto, destacando uno de esos rasgos que ha visto en los últimos días en la nieta de Rocío Jurado: "Es generosa, y eso me gusta"
Ha sido gracias a la última reunificación del grupo en Cayo Paloma, cuando la inexistente relación de Yiya y Rocío daba un giro para sorpresa de sus compañeros. Las dos se mostraron conciliadoras y en los días previos a la expulsión de la extremeña ambas consiguieron acercar posturas, hasta el punto de llegar a llamarse 'comadres' y de estar pendientes de su bienestar mutuo. Así se tradujo en una de las conversaciones que mantuvieron en la que la hija de Antonio David Flores llegó a hablar con ella de sentimientos. También quedó patente en su sentida despedida fundiéndose en un gran abrazo y emplazándose a seguir conociéndose cuando termine Supervivientes 2020.