Brillante, inteligente y elegante, Phyllis Schlafly aparece como una de esas mujeres cuya existencia casi resulta difícil de creer. Nada más comenzar Mrs. America, ya vemos cómo le calla la boca a un presentador de televisión, organiza las labores de una casa con seis hijos y da lecciones sobre seguridad nacional a los líderes políticos en Washington. Todo ello, con sus medias de seda intactas. Si a ello unimos que a Schlafly la encarna Cate Blanchett, el personaje se convierte en absolutamente fascinante. No es que te guste ella; es que quieres ser ella.
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Pero hay algo en su rictus, excesivamente calculador, o, quizá, en la perfección de su peinado –que no se mueve ni un pelo en todo el episodio– que, si desconocemos a la figura histórica, nos hace sospechar que es una mujer demasiado compleja para meter en una etiqueta tan simple. Mrs. America, la nueva miniserie de FX (que ha estrenado HBO España), sigue el activismo antifeminista de Phyllis Schlafly en los Estados Unidos de Nixon, los setenta, marcado por la lucha de los derechos civiles, el pacifismo y la Guerra Fría.
Creada por Dahvi Waller (guionista de Mujeres desesperadas, Mad Men y Halt and Catch Fire, entre otras) retrata el nacimiento del Eagle Forum, una asociación de mujeres cuya misión era preservar los valores de la familia tradicional. Frente a ella, feministas como Gloria Steinem, Shirley Chisholm, Bella Abzug y Betty Friedan, que desde el partido demócrata, se convierten en famosas activistas en defensa de la igualdad entre hombres y mujeres.
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La serie navega entre la vida hogareña de la protagonista y su cada vez más potente actividad política. Su ambivalencia la hizo defender un modelo de mujer que ella misma no representaba. Moviliza a las amas de casa, infunde el temor a que la igualdad termine con su vida tranquila, y las anima a cocinar bizcochos para convencer a los políticos de que voten en contra de la ERA (Equal Rights Amendment), que las feministas luchan por que se apruebe en todos los estados.
Mrs. America nos emplaza a través de una historia real a posicionarnos en un debate alejado de maniqueísmos, mientras nos sumerge en los entresijos políticos protagonizados por mujeres en una época en la que ellas empiezan a asomar la cabeza en la esfera pública. De un marcado tinte político, Mrs. America tiene que ver más con política y activismo que con la figura de Schlafly, que se erige en un interesante hilo conductor para mostrarnos las dinámicas de poder en el Washington de la época, donde los demócratas se rifaban el apoyo de las feministas mientras que los republicanos recibían con entusiasmo un grupo de presión que agrupara el voto de las mujeres, en un principio menospreciado, pero que acaba por conseguir que la igualdad de derechos sea cuestionada e, incluso, tumbada en su carrera parlamentaria.
Mujeres en HBO
El feminismo no ha pasado desapercibido para la ingente producción audiovisual en la que nos hallamos inmersos. Cine y series recalan en él en cuanto a temática, pero también en cuanto a perspectiva: las voces, eminentemente masculinas en el pasado, han dado paso a autoras, protagonistas y directoras que se ocupan de este tema desde sus diversos ámbitos. Heridas abiertas, El cuento de la criada, Killing Eve… son sólo algunos de los ejemplos de la nueva hornada de producciones en las que las mujeres son protagonistas.