Supervivientes 2020 decía 'adiós' anoche a su concursante más polémica. Esta vez no ha podido ser y Yiya se convertía en la décima expulsada de esta edición 'extrema', en una gala llena de emotividad, risas y el esperado cambio de look de Ana María Aldón. Después de pasar la mayor parte del programa como una superviviente fija en la lista de nominados, el público decidió que fuera ella quien abandonara el reality, al salvar a Jorge y a Elena Rodríguez. La periodista se marcha en un buen momento tras su cambio de actitud, totalmente reconciliada con Rocío Flores y convertida en el mejor apoyo de Ivana Icardi tras su ruptura con Hugo Sierra. Su marcha fue muy emotiva, con lágrimas en los ojos y despidiéndose de sus compañeros con gestos de cariño y buenas palabras para todos, especialmente para la que ha sido su enemiga a lo largo de estos dos meses de concurso: Yiya abrazaba a la nieta de Rocío Jurado y le emplazaba a retomar su amistad cuando finalice la aventura, que las ha convertido en 'comadres' después del acercamiento que han tenido esta última semana.
Nada más escuchar su nombre, la expulsada gritaba un "¡Por fin!" que dejaba a todos desconcertados. Pero no tardó en explicar esta reacción que daba a entender que se alegraba de la decisión del público y, emocionada, confesaba que las fuerzas le flaqueaban ya, pero que no lo había manifestado por respeto a sus compañeros, a los que habían sido expulsados y a todos los que no habían tenido la oportunidad de entrar a concursar en esta edición. Todo un alarde de sinceridad que aprovechaba para aclarar las razones de su entrada en el reality: "Yo vine aquí a desarrollarme más humanamente que físicamente".
Tras abandonar la Palapa y sin poder reprimir las lágrimas, Yiya hacía una reflexión mientras charlaba con Jorge Javier Vázquez, que la definió como "una concursante extraordinaria". "Esta experiencia me ha ayudado a crecer y a dejar miedos que no quería ver. Los dejo aquí en este paisaje y se los regalo al universo. He sido una egoísta y pretendo dejar de serlo". En los últimos días ha sido su generosidad y su cercanía las que han descubierto a una superviviente diferente a como se había manifestado en un principio.
La concursante más polémica de Supervivientes 2020 ha sacado su mejor versión tras la última reunificación del grupo en Cayo Paloma. Ha bastado una semana para que haya querido acercar posturas con Rocío Flores, para sorpresa de todos. Las dos se han mostrado conciliadoras hasta el punto de que la hija de Antonio David Flores no ha tenido reparo en hablar de sentimientos con ella. Un abrazo entre ellas confirmaba las buenas intenciones de ambas: "Seguramente acabe queriéndola", decía Yiya en su despedida.