Ana María Aldón era una gran desconocida para el público. Su entrada en Supervivientes supuso una enorme sorpresa, dado que la mujer de José Ortega Canao siempre ha mantenido un perfil bajo y una discreta posición junto al torero. Él mismo lo contaba hace unas semanas en Viva la vida, al explicar que el gran motivo de su participación eran las ganas de mostrarse tal y como es; que se la pudiera conocer por ello y no por ser la 'mujer de'. Los ya más de dos meses de concurso han dado de sí para ir descubriendo poco a poco a la diseñadora, que ha revelado su gran desparpajo, su dedicación con el grupo y sus dotes para la pesca, entre otras cosas. También ha hecho alguna que otra confesión personal, casi olvidando la existencia de las cámaras, como aquella comentada conversación con Yiya a propósito de su vida íntima con el diestro.
Precisamente en las últimas horas se ha vuelto a sincerar. Lo hacía en corrillo junto a Rocío Flores y Jorge, pues este último no tenía muy claro el parentesco que ambas mantenían. "Yo vine después y me casé con el que era el marido de su abuela", le explicaba Ana María. "Eso es, su marido es como si fuera mi abuelo", apuntaba la nieta de 'la más grande'. Fue entonces cuando confesó cómo vivió el enlace de su actual pareja con la artista: "Yo me acuerdo del día que mi marido se casó con Rocío Jurado. Yo estaba en casa de mi madre, con la estufa, era febrero y estaba viendo la boda. Además, Rocío Jurado es de un pueblo, de Chipiona, que está a ¡9 kilómetros de Sanlúcar! Para nosotros era un acontecimiento histórico… Lo que es la vida".
Rocío escuchaba atenta sus palabras, y Ana María también ha explicado el momento en que vio por primera vez al que hoy es su marido: "Yo me fui a la finca con un bus en una excursión de personas mayores. Y estaba él, que no me lo esperaba, pero también Gloria Mohedano y su marido". En este momento la conversación dio un giro inesperado, pues Ana María contó que no "podía mirar a Gloria" debido a su gran parecido con su hermana. Algo que, en cierta medida, comparte con la hija de Antonio David Flores, que quiso intervenir. "Yo estuve mucho tiempo sin verla y fue abrazarla y sentía que estaba abrazando a mi abuela. Tenía su mismo olor, los brazos, las muñecas, la piel... todo lo tiene exactamente igual que mi abuela", confesaba con emoción.
Ana María quiso compartir con sus compañeros, además, lo bien que le hizo sentir la familia Mohedano: "A mí me trataron siempre con muchísimo respeto, mucho cariño, siempre dándome mi sitio; jamás me hicieron ningún feo ni que me sintiera desplazada". Una conversación personal, emotiva y distendida que se ha podido ver durante la última gala de Supervivientes, en la que, precisamente la mujer del torero se convertía en protagonista al acceder a raparse el pelo a cambio de tres platos de cocido.