Los concursantes de Supervivientes, a estas alturas, siguen tratando de llevar lo mejor posible las privaciones de la isla. Y es que su estancia en las paradisiacas playas de Honduras no está exenta de dificultades. A las malas condiciones meteorológicas y a la convivencia entre compañeros, la cual supone todo un reto, se le suma la falta de recursos y de alimentos, y es que a un paso de la final, los robinsones están dispuestos a hacer todo lo posible por algo de comida. Así lo ha demostrado Ana María Aldón en el último juego de las tentaciones, en el que los participantes han tenido que elegir entre varios ofrecimientos. Y si se trata de comida, ella lo tiene claro. Tras mucho pensárselo, la diseñadora ha caído en la tentación dándole prioridad a su estómago antes que a su propia imagen y, finalmente, ha accedido a raparse el pelo a cambio de tres deliciosos cocidos.
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Durante la prueba de las tentaciones, Lara Álvarez le ha ofrecido a cada superviviente una serie de recompensas, pero para conseguirlas tendrían que pagar un alto precio. Tras una durísima negociación con la presentadora, Ana María Aldón conseguía tres cocidos por el módico precio de raparse el pelo a 15 milímetros en pleno directo. Armada de valor, la diseñadora ha prometido cumplir su promesa con el fin de poder disfrutar del delicioso manjar: "Mi marido se ha cortado el pelo cortito cortito, mi niño igual, así que yo también. Soy una mujer de palabra", aseguraba la modista ganándose los aplausos de sus compañeros. "Sí señor, esa es la actitud", decía Carlos Sobera desde plató.
Finalmente, fue la ruleta la que decidía la cantidad de cabello que se cortaría Ana María, y lejos de estar preocupada por su drástico cambio de imagen, la diseñadora se disponía a disfrutar de la primera ración de su premio. Sin embargo, cuando parecía que el momento de despedirse de su melena llegaba y parte de sus compañeros cumplían ya su castigo, Lara Álvarez le ofrecía la oportunidad de poder disfrutar de su cabello 48 horas más. De esta forma, habrá que esperar a esta noche para ver cómo la diseñadora se despide finalmente de su pelo, siguiendo el testigo de María Jesús Ruiz e Isabel Pantoja en las ediciones pasadas del concurso.
Ana María no ha sido la única en caer en las tentaciones del programa. Rocío Flores se ha negado a comer comida caliente durante tres días a cambio de una carta de sus hermanos, David y Lola. Otro superviviente tampoco muy bien parado ha sido Albert Barranco, que dejando a un lado el pudor, ha aceptado ir vestido solo con un taparrabos durante una semana entera a cambio de una deliciosa pizza barbacoa. Otros compañeros que se han visto casi en la misma tesitura que la pareja de Ortega Cano han sido Yiya y Jorge Pérez. La exconcursante de Un príncipe para tres princesa se ha tenido que desprender de uno de sus bienes más preciados, su peluca, a cambio de poder escuchar un romántico mensaje de su novio, mientras que el guardia civil ha tenido que depilarse con cera. El único que ha renunciado a su premio ha sido Hugo Sierra, quien no ha conseguido su ansiado pepito de ternera al no acceder ir a ciegas por Cayo Paloma.