Cuatro años después de abandonar la Casa Blanca tras el fin de la segunda legislatura de Barack Obama como Presidente de Estados Unidos, sus hijas Malia y Sasha, han concedido su primera entrevista pública. Y lo hacen en Becoming, el primer documental de Michelle Obama para Netflix que se estrena este miércoles. Rodado por Nadia Hallgren, resume todo lo acontecido durante el tour mundial realizado por la exprimera dama para promocionar su libro de memorias, que lleva el mismo título que el reportaje. Ha sido la mujer del expresidente norteamericano la encargada de anunciar el estreno a través de sus redes sociales haciendo alusión a la actual crisis santiaria: "En estos días es difícil no sentirse castigado o esperanzado, pero espero que, como yo, encuentres alegría y un poco de alivio (en el documental)".
El documental repasa cómo ha sido su vida antes, durante y después de la elección de su marido como Presidente de los Estados Unidos, y han sido sus hijas quienes han tenido un hueco privilegiado en el mismo. Malia, de 21 años, y Sasha, de 18, hablan por primera vez sobre el papel de su progenitora no solo como primera dama, sino también como madre y activista volcada en ayudar a las las mujeres más desfavorecidas del mundo, apoyándose en la educación. "Estoy feliz porque está orgullosa de lo que ha hecho. Creo que es lo más importante que debe hacer un ser humano, estar orgullosa de sí misma", explica la pequeña de la familia que acaba de terminar su primer curso en la Universidad de Michigan.
Por su parte, Malia, que estudia por tercer año en Harvard, cuenta cómo ve a su madre ahora que está centrada en el activismo en la Fundación Obama: "Ya no se enfrenta al mismo escrutinio que cuando era primera dama. Ser capaz de dejar que todas las críticas salgan de tu mente da más espacio". Las dos hermanas hablan con admiración del trabajo que desempeña Michelle Obama, que en todo momento ha compaginado a la perfección maternidad y trabajo.
Siempre pendiente de que la situación laboral de Barack Obama no influyera en el día a día de sus hijas y de que tuvieran una infancia lo más 'normal' posible, Michelle Obama hablaba hace un año en una entrevista sobre lo difícil que resultó la llegada familiar a la Casa Blanca. "Tuvimos que crear una crisálida de normalidad. Pasamos ocho años diciendo: 'Todo está bien, esto es normal, vosotras solo id a la escuela. Tenéis personas que os protegen, tenéis comida, ¡no os quejéis!'". Pasadas dos legislaturas y con Malia y Sasha convertidas en dos universitarias maduras y responsables, la exprimera dama reconoce que "Me quito el sombrero ante ellas".