Tras la tormenta, finalmente, ha llegado la calma a Honduras. Parece que el ambiente en los Cayos Cochinos se ha relajado, sobre todo en lo que respecta a Hugo Sierra y Elena Rodríguez, quienes a pesar de que hace unos días no podían ni verse han encontrado un motivo de fuerza mayor para dejar a un lado sus diferencias: el pequeño Martín. Ambos concursantes han vivido uno de sus momentos más emotivos desde su entrada a Supervivientes, cuando el uruguayo no ha dudado en enseñar a la abuela de su hijo la foto del pequeño que la organización le regaló tras ganar la prueba de recompensa. Ninguno de los dos pudo reprimir el llanto al ver la imagen, protagonizando una preciosa estampa. "¡Mi niño, qué guapo! Mi chiquitín, cómo le quiero", exclamaba Elena al ver la foto y sin poder evitar llorar de la emoción.
En la última gala de Supervivientes: En tierra de nadie, Hugo recibió el ansiado regalo que llevaba esperando desde hacía tiempo, una foto de su bebé, fruto de su relación con Adara Molinero. Con las emociones a flor de piel, el concursante no tardó en acercase a la abuela de su hijo para mostrarle la imagen. "¡Mi niño, qué bonito está, qué grande, lo que lo quiero yo!", repetía una y otra vez Elena, mientras Hugo, sin poder articular palabra debido a la emoción, no dejaba de mirar la foto con los ojos anegados en lágrimas. "Ahora sí que se parece un montón a ti, ¿eh? Se parece a ti pero tiene un flash de mi hija", se sorprendía la superviviente al ver lo cambiado que está su nieto después de dos meses sin verle. Una fotografía que ambos guardarán como su más preciado tesoro en la isla y que, sin duda, ha supuesto la inyección de energía que ambos necesitaban tras vivir unas semanas complicadas.
Además del duro enfrentamiento que protagonizaron los dos supervivientes hace unos días por problemas del pasado y de la inesperada ruptura de Hugo e Ivana, el concurso del uruguayo se ponía complicado tras atravesar unas semanas especialmente difíciles. Su actitud y aislamiento han sido criticados por todos sus compañeros, dando pie a diversas discusiones que han dificultado la convivencia. Sin embargo, Hugo achacaba su aislamiento voluntario a su carácter solitario, además del hecho de no poder recordar la cara de su hijo, que le estaba "matando". A medida que han ido pasando las semanas, el ganador de Gran Hermano Revolution ha ido acusando la distancia con su bebé y con el resto de su familia.
Tras abrirse el baúl de los recuerdos, Hugo y Elena parecen haber decidido pactar una tregua en su guerra particular, y de esta forma hacer equipo para llevar a cabo las tareas de la isla, como recoger troncos o pescar. Una relación basada en el respeto y la cordialidad para poder sobrellevar las largas jornadas de supervivencia del reality extremo, que está haciendo mella en su estado anímico, dejando su moral a ras de suelo. Sin duda, son semanas complicadas, no solo para Elena y su exyerno, sino para todo el equipo de los 'siervos' debido a la falta de fuego y la reciente pérdida de tres objetos vitales a manos de José Antonio Avilés.