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José Antonio Avilés está siendo uno de los concursantes destacados de esta edición de Supervivientes y no precisamente por sus aptitudes como robinson. El periodista ha formado parte de la mayoría de las polémicas que han ocurrido en la isla, ha discutido con gran parte de sus compañeros, ha protagonizado momentos divertidos y ha vivido una bonita amistad con Rocío Flores y Albert Barranco, que ha terminado totalmente rota por sus ataques a ambos. Pero anoche durante la emisión de Supervivientes: conexión Honduras, el colaborador de Viva la vida volvió a dejar las aguas revueltas. Todo ocurrió antes de la prueba de recompensa cuando, por mayoría, 'los mortales' decidían que Avilés no disputara el reto. Por esta razón, la organización le encomendó una misión: requisar tres objetos importantes a cada equipo, sin saber cuándo los recuperarán. El comunicador aprovechó su ventaja para asestar un duro golpe al grupo de 'los siervos', al despojarles de la lona, de un machete y de las gafas de buceo.
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Desde el primer momento Elena quiso dejar claro que, precisamente las gafas, eran de su propiedad, "no son una dotación de la playa", por lo que el superviviente entonces no debería quitárselas. Pero desde el plató, Jordi González lo desmentía confirmando que cualquier objeto era susceptible de caer en la elección de Avilés. Una afirmación que provocó el enfado de la concursante: "Se supone que eran mías como son las de Ana María, y ahora resulta que las gafas son de todos. Haberlo dicho antes y así si las habría usado todo el mundo".
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José Antonio Avilés a punto estuvo de jugársela también a sus compañeros cuando eligió los objetos de su equipo. Allí también comenzó cogiendo las gafas de buceo ante el asombro de todos. Albert Barranco imploraba al presentador que le volviera a explicar lo que tenía que hacer, porque parecía que no había entendido su cometido. Finalmente escogió dos vasos y una sartén, explicando que "en Supervivientes nada es justo ni injusto, todo depende del momento en el que se viva". Un comentario que provocó la risa de sus cuatro compañeros. "Cuando yo llegué aquí no había nada y esto era un mundo", terminaba antes de seguir con su misión.
© MediasetTanto 'siervos' como 'mortales' vieron cómo Avilés cumplía con su tarea de una manera muy distinta. Mientras que sus compañeros de grupo no pararon de reír ante las ocurrencias de su compañero, que fue más benevolente con ellos, el resto de los robinsones asistían atónitos a cada uno de los pasos que iba dando, a sabiendas de que no dudaría en perjudicarles lo máximo posible, como así ocurrió. El concursante de Supervivientes 2020 volvió a ser fiel a su manera de pensar y jugó sus cartas a favor del grupo del que forma parte. A diferencia de sus rivales, podrán seguir pescando, partiendo leña y fruta, además de dormir resguardados de las inclemencias del tiempo.
