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La historia de amor entre Richard Gere y Alejandra Silva bien podía haber sido un guion de las películas románticas que el actor acostumbra a interpretar. Incluso el lugar donde tuvieron el flechazo es un enclave mágico: Positano, un pueblito italiano que no llega a los 4000 habitantes en la costa Almafitana. Ella, una joven gallega y de buena familia, regentaba por aquel entonces un hotel de lujo en esta localidad. Él fue uno de sus exclusivos clientes. En cuanto se conocieron, ambos dicen que sintieron amor a primera vista. "Nuestro karma se atrajo en el momento en el que nos vimos. Nos conocemos desde hace muchas vidas", aseguró Alejandra a ¡HOLA! USA. No pudieron con ellos los 6.000 kilómetros que los separaban, ni los 33 años de diferencia, ni las religiones que ambos profesaban. La empresaria hizo las maletas y se marchó al rancho a las afueras de Nueva York donde el actor vive apaciblemente. Ahora acaban de dar la bienvenida a su segundo hijo.
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