El pirata Morgan, la figura ficticia que premia o castiga a los concursantes de Supervivientes según su comportamiento dentro de la isla, no se ha olvidado del cumpleaños de Jorge Pérez, que acaba de soplar las velas de su 37 cumpleaños en Honduras. Una fecha muy especial que la organización del programa no ha pasado por alto y en la que ha querido tener un pequeño detalle con el que es considerado como 'el Guardia Civil más guapo y sexy de España' regalándole una deliciosa y apetitosa tarta de chocolate. Un dulce momento que, no obstante, acabó provocando el malestar y el aislamiento de Hugo Sierra.
A Jorge solo le estaba permitido compartir su pastel con dos de sus compañeros de concurso. Por afinidad, decidió hacerlo con Elena y con Nyno, quienes además estaban con él cuando se le hizo la entrega y que fueron los únicos que le cantaron el cumpleaños feliz. Pero quedarse sin una parte del festín no sentó nada bien al ex de Adara Molinero, que no dudó en recriminar a su compañero que no le hubiera dado su ración de coco para compensar. "Sabiendo que había torta tendrían que haber dejado un poquito más de coco, porque era obvio…", se quejaba el concursante mientras Jorge aseguraba que de haber sabido que les iban a entregar la tarta en ese momento no habría comido su trozo de fruta: "Yo no sabía que iba a ser ahora, si no por supuesto que os hubiese dejado mi porción, Hugo".
Pero a pesar de todo, Hugo no fue capaz de asimilar la situación y el hambre le llevó a aislarse del grupo. Mientras sus compañeros salían a pescar para tratar de conseguir más alimento, él optó por tumbarse en la esterilla a tomar el sol. "Me molestó que sabiendo que había torta se comieran todo el coco. Era su porción y bueno, cada uno hace lo que quiere. Tienen el derecho a hacer lo que quieran con su porción de comida, pero yo no lo hubiese comido. Porque la tarta era evidente que iba a llegar", decía más tarde ante las cámaras.
Una actitud que no gustó tampoco a sus compañeros, que no entendían por qué se había tomado tan mal la situación. Después de capturar un importante número de peces, Elena se preguntaba a Yiya por su exyerno. "Oye, ¿se le ha quitado un poquito el enfado? Es un poco gruñoncillo. Esa faceta suya yo ya la conocía y, además, le cuesta que se le pase", decía con cierto tono de preocupación. "Que va, sigue ahí tirado, como una cerilla. Es cabezón, ¿eh? Pues aquí tenemos varias opciones, enfadarnos y desenfadarnos o asumir la situación tal como viene", contestaba la modelo, que como ha demostrado a lo largo de estos dos últimos meses, es una auténtica experta en enfados y confrontaciones.