El nuevo cambio de equipos ha llenado de alegría y felicidad a Ana María Aldón, quien ha cambiado radicalmente su actitud con Rocío Flores. Desde que desembarcara en la playa de los 'mortales', la mujer de José Ortega Cano está disfrutando por todo lo alto de la aventura y se está acercando a la nieta de su marido, a quien ha confesado uno de sus secretos para la supervivencia en Honduras. "Rocío, yo tengo mi tote bag", comenzaba la modista, que, a continuación, desvelaba lo que escondía dentro del preciado bolso bajo la atenta mirada y el asombro de la hija de Antonio David Flores. "Ahí meto todo lo que tengo: la carnada, los peces que pesco, los que pescan los demás...", explicaba Ana María Aldón a la nieta de Rocío Jurado, mientras comía uno de los alimentos que tenía guardado en la bolsa.
"Esta tía está loca… ¡Te lo juro!", contestaba la hija de Rocío Carrasco, quien no podía evitar reírse ante las palabras de la modista. Tras más de dos meses de programa, la diseñadora está demostrando estar convirtiéndose en una gran superviviente y buena prueba de ello es su habilidad para la pesca. A pesar de que recientemente sufrió un bajón anímico en Cayo Paloma, donde no consiguió pescar ningún pez y aseguró sentirse "inútil", la mujer del diestro ha recuperado su destreza en el mar y, por supuesto, la alegría.
A nivel personal, Ana María Aldón se siente más feliz que nunca en Honduras. Desde que recibiera la llamada telefónica de Ortega Cano, quien le pidió que estuviera más con su nieta Rocío, la diseñadora ha cambiado radicalmente de actitud. Tras la reubicación, las concursantes han querido dejar atrás las tensiones y han acercado posturas. Están disfrutando de la estancia en la isla, donde están compartiendo baños en el mar, cánticos, risas y confidencias.
Además, los 'mortales' se sienten unos auténticos privilegiados en su nueva ubicación. Mientras los 'siervos' no han sido capaces de hacer fuego y han tenido que conformarse con comer pescado crudo, el otro equipo ha podido degustar el plato estrella de José Antonio Avilés, un suculento arroz meloso. Además, en esta ocasión, los robinsones han podido añadir un ingrediente más a su menú, la yuca, que han cocinado en aceite a modo de patata frita. "¡Madre mía, qué bueno! Es como una patata", exclamaba Albert Barranco, mientras probaba el nuevo alimento que forma parte de su despensa.