Llevan nueve semanas de concurso y después de haber charlado con sus familiares hace unos días, los supervivientes se han sometido al 'Designio de los dioses'. Una vez más la emoción y las lágrimas han estado presentes en muchas de las respuestas de los robinsones que se han acordado de los suyos al contestar a quién se llevarían a Honduras, y qué rincón les enseñarían. Han sido varias las localizaciones en las que ha transcurrido el programa, pero todos coinciden en que Cayo Paloma es el sitio ideal para disfrutar de su estancia allí. Para muchos es este lugar paradisíaco el idóneo para estar con sus elegidos, mientras que otros prefieren mostrarles el fondo marino por su belleza o el atardecer entre palmeras. Sin duda, y a pesar de las condiciones extremas de esta edición de Supervivientes 2020, el paisaje ha calado hondo en cada uno de ellos. Ana María Aldón y Rocío Flores, siempre pensando en los suyos, no han dudado un momento a la hora de contestar al breve cuestionario.
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A través de un pergamino, la mujer de José Ortega Cano era una de las primeras del grupo de los mortales en saber qué contenía su interior. "A los Cayos Cochinos me traería ahora mismo sin duda, a mi hija Gema", dijo sin pensarlo dos veces. "Porque a ella le encanta bucear", continuaba. Y terminaba explicando: "Disfrutaría muchísimo aquí en Cayo Paloma pescando conmigo". Aunque su hija mayor es la más desconocida de su familia, con esta respuesta la diseñadora de moda dejaba claro que la relación entre ambas es excelente. Gema nació cuando la diseñadora de moda aún no había cumplido los 20 años y el 20 de febrero de 2018 la convirtió en abuela con en nacimiento de la pequeña Nicole. Un momento de felicidad plena para todos, incluyendo a Gloria Camila y José Fernando Ortega, para quienes fue un gran apoyo cuando su padre no pasaba por su mejor momento.
Por su parte Rocío Flores sigue teniendo muy presente a sus hermanos. Por eso la primera persona en la que pensó tras leer el pergamino fue en la pequeña de la familia. "Me traería a mi hermana para que pudiese ver el fondo marino". Pero la superviviente tampoco se olvidó de una de las personas más importantes de su vida, su novio Manuel. "Elegiría a mi pareja para que viera los atardeceres", continuaba. Tres años y medio de relación avalan esta historia de amor. Sus redes sociales son testigo de su día a día y de la cantidad de mensajes románticos que se dedican, en los que la nieta de Rocío Jurado ha dicho en más de una ocasión que su chico es el amor de su vida.
Mientras, el resto del grupo de los mortales se decantaba por sus progenitores. Ivana Icardi, emocionada, se acordaba de su madre: "Me encantaría enseñarle esta playa porque ella nunca ha estado en un lugar así, tan paradisíaco". José Antonio Avilés, por su parte, también tenía en mente a sus padres: "Quiero recuperar el tiempo perdido y además les encantaría ver el atardecer y el cielo estrellado", comentaba sonriendo. Por último, Albert Barranco también hacía una doble elección, al igual que su amiga Rocío: "Me traería a mi novia, o a mi madre y a mi padre, sería el mejor regalo que podría tener aquí".