Son semanas complicadas las que vive España en estos momentos con motivo del coronavirus, lo que provoca que las emociones estén a flor de piel, como le ha ocurrido a María Patiño esta tarde en Sálvame. Esta vez, ha dejado a un lado su rol de entrevistadora y ha respondido con sinceridad las preguntas que le ha ido haciendo Jorge Javier Vázquez sobre la situación que se está viviendo. Sin pelos en la lengua empezaba diciendo que se siente desinformada por parte de la clase política y que no sabe quién dice la verdad. "Me hace bien venir al trabajo, pero me cuesta mucho. Los primeros cinco minutos son los peores", narraba sobre cómo se siente. Sin embargo, se ha podido notar a una María Patiño visiblemente afectada, pues durante los instantes en los que tenía que ir respondiendo tenía constantemente los ojos vidriosos y se notaba cierto nerviosismo. Como era de esperar, la presentadora ha roto a llorar cuando ha hablado de su familia y ha contado cómo la llama su hijo. Momento en el que se ha visto su lado más humano.
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Con un hilo de voz ha dicho: "Me da mucha pena lo que está pasando, y mira que tengo la suerte de que mi familia y mis amigos en general están bien". El ambiente no era el de siempre y el plató de Sálvame se convertía en el confesionario perfecto para la periodista, que no le ha temblado la voz para seguir sincerándose con su amigo y presentador del formato. "A veces no sé si hago las cosas bien o mal", contaba mientras Jorge Javier insistía en si se sigue machacando mucho personalmente. María Patiño, todavía con lágrimas en los ojos afirmaba la pregunta, pero decía que gracias al apoyo de su familia, se siente arropada. Una sonrisa brota de la colaboradora cuando nombra a su hijo. "Cuando llego a casa le pregunto que sí he estado bien en el programa y me dice '¡ay María Patiño!'", confesando así cómo le llama su hijo Julio tiernamente.
En ese momento, el presentador no ha dudado en preguntar a su compañera: "¿Y luego que haces?". Una pregunta que hacía entre risas haciendo referencia a que María Patiño es poco cariñosa. Palabras que esta afirmaba mientras contaba que la canción de Manuel Carrasco, No dejes de soñar es una terapia para ella misma por el hecho de que no le gusta el contacto físico con los demás, alegando que evita los besos y los abrazos. Para dejar a un lado el mal rato que ha pasado cuando ha roto a llorar ha mirado a cámara y ha hecho el ya tradicional discurso de motivación para los telespectadores. "Hay que decir te quiero a gritos y decirlo siempre y nunca cansarnos porque es muy importante. El día que yo deje de soñar me vendré abajo. Precisamente ahora, aunque tengamos momentos de debilidad hay que venirse arriba ¡El momento es ahora!", terminaba diciendo con una sonrisa.