"El fútbol (era) un juego amateur dominado por los equipos de clase alta que inventaron sus reglas. Hasta 1879, ningún equipo de clase trabajadora había llegado a los cuartos de final de la FA Cup", así da comienzo The English Game, una apuesta más que efectiva de Netflix para narrar los inicios del fútbol en Reino Unido. Julian Fellowes, creador de Downton Abbey y guionista de Gosford Park retoma su pasión por la historia británica con un argumento basado apenas 30 años antes de los hechos narrados por la familia Crawley. Lejos de lo que se pueda pensar, el fútbol es tan solo una excusa de la ficción para contar un hecho real, la lucha de clases que acabó por convertir al deporte rey en una diversión popular.
Esta lucha de clases se ejemplifica con la final de la Football Association Challenge Cup de 1883, celebrada en Kennington Oval en Londres. El joven y prometedor actor Edward Holcroft da vida a Lord Kinnaird, una de las primeras estrellas del fútbol que han sido reflejadas en los libros de historia. Este lidera a los Old Etonians, que disputaron la final contra el Blackburn Rovers F.C, cuya plantilla estaba integrada por obreros de clases bajas. Ahí destaca otro histórico jugador de fútbol, Fergus Suter, interpretado por un Kevin Guthrie, al que se le ha podido ver en las películas del universo de Harry Potter, Animales fantásticos.
The English Game no es una historia de fútbol, sino una ficción que narra hechos reales futbolísticos para poder plantear cómo ha evolucionado la sociedad británica. Al igual que en Downton Abbey, los personajes se gestarán a sí mismos a través de una escala de grises, donde los buenos no son tan buenos y los malos no tan malos. Julian Fellowes cambia de tiempo, apenas tres décadas, pero vuelve a ilustrar de nuevo la forma de vida de las clases sociales más elitistas. Aunque esta vez también con una mirada a las zonas más humildes de Lancashire.
El drama no transcurrirá solo a raíz del partido, puesto que el primer fichaje a cambio de dinero de la historia del fútbol pondrá la primera piedra a la profesionalización del deporte. Algo que no sentó bien a los primeros seguidores de equipos de la zona, que vieron como el sueño del "juego inglés" acababa por ser protagonizado por mercenarios. Para los más futboleros, las coreografías de los partidos han sido grabadas con las técnicas audiovisuales de las realizaciones de partidos actuales. La estética, tal y como sucede en Downton Abbey, está replicada a la perfección.