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Ana Rosa Quintana sigue al pie del cañón. La presentadora se cuela cada mañana en nuestras casas para darnos la última hora de una enfermedad que, a día de hoy, se ha llevado por delante la vida de 18.579 personas. Antes de finalizar el programa de ayer, Ana Rosa quiso enviar un mensaje de ánimo al periodista José María Calleja, de 64 años, infectado por coronavirus. "Quiero mandar un beso especial y muy fuerte a José María Calleja, nuestro compañero, en un momento muy complicado por COVID. Que se recupere, y a su familia especialmente", dijo con gesto de preocupación y con un lazo negro colgado de su blusa, en recuerdo a los fallecidos en España por la pandemia.
© TelecincoLa periodista, que el 10 de marzo ya tomo la decisión de presentar el programa sin público para evitar contagios, ha tenido que dar explicaciones recientemente por el viaje a Reino Unido que hizo antes de que se declarara el estado de alarma. "Fui allí porque mi hijo estaba estudiando en un colegio y me lo quería traer porque ya tenía claro lo que iba a pasar", contó, aclarando que por aquel entonces no había ninguna restricción a la movilidad.
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Ana Rosa está confinada en su casa de Madrid con su marido, Juan Muñoz, y sus dos hijos pequeños, los gemelos, Juan y Jaime, que tienen 15 años. "Tengo adolescentes desde hace semanas semanas en casa y lo hablo con mucha gente y nos está sorprendiendo la madurez con la que están llevando esta situación. También es verdad que están todo el día con las maquinitas", comentó en su programa.
© Getty ImagesSegún ha contado en una entrevista concedida a El Español, evita estar en contacto con ellos. "Lo que más echo de menos es dar un beso a mis hijos y abrazarlos", ha confesado. La mayoría del tiempo, los chavales están en su cuarto y a la hora de la cena, "en la mesa del comedor, nos ponemos cada uno en una esquina" porque al final la que "salgo de casa soy yo".
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