Unorthodox se estrenó el pasado 26 de marzo y en menos de dos semanas se ha convertido en una serie obligatoria para ver en el catálogo de Netflix. Shira Haas, una jovencísima actriz israelí, da vida a la protagonista de la miniserie, Esther Shapiro, una judía criada en el barrio de Brooklyn bajo las estrictas normas de la comunidad Satmar, una rama del judaísmo ortodoxo. Se trata de una adaptación de la historia real de Deborah Feldman, cuya autobiografía titulada Unorthodox: The scandalous rejection of my hasidic roots, publicada en 2012, relataba cómo logró vivir la vida que quiso. Cuatro episodios componen esta historia de superación personal, en la que valores como la fuerza interior, el poder de la música, y la tenacidad serán puestos en práctica por su protagonista. A los 17 años se casó en un matrimonio concertado entre familias, pero dos años después decide huir y viajar hasta Berlín.
Este cambio de vida no es solo radical por cruzar un continente entero, sino porque Esther nunca ha vivido en la sociedad. La comunidad Satmar vive con sus propios códigos, ajenos al mundo que cruza a diario las calles de Nueva York. En la capital de Alemania encuentra el cobijo de un conservatorio, donde es descubierta al quedarse a dormir dentro de las instalaciones. La ciudad significará todo para ella, y allí conocerá a un surtido grupo de amistades, los primeros y únicos amigos de toda su vida. Sin embargo, su felicidad se verá pronto empañada, puesto que tanto su marido, Yanky, como el primo de este, Moishe, viajarán a Berlín por orden del rabino de la comunidad, que les encarga una misión: hacer regresar a la joven.
Dirigida por Maria Schrader, Unorthordox manda un mensaje de autosuperación a los espectadores. Su trasfondo del poder de la mujer, cuenta un amplio equipo femenino al cargo de la producción, se ameniza con potentes escenas que convierten a sus 200 minutos aproximados en factibles de disfrutar en un maratón. También será especialmente agradable para los amantes de la música, puesto que este arte tiene un papel fundamental en la aventura de Esther.
La ficción, inspirada en hechos reales, expone además los códigos de conducta de los judíos jasídicos. Se trata de una comunidad ultraortodoxa originaria de Hungría que se instaló en el barrio de Williamsburg, Brooklyn, durante la II Guerra Mundial. Sus hábitos van desde que una mujer casada no puede enseñar su pelo natural, por ello se rapan y muestran pelucas en público, o el impedimento de los hombres de mirar directamente a una mujer.