En estos días de confinamiento seguro que has visto en tus perfiles sociales o alguien te ha escrito para hablarte de la última revolución en Netflix.Tiger King: murder, mayhem and madness, la nueva minidocuserie se ha posicionado en el top 10 de la plataforma y ha conseguido ganarse tanto el cariño del público como de la crítica. Tal ha sido el impacto del título, que incluso algunas estrellas de Hollywood, como el actor Jared Leto o cantantes como la rapera Cardi B, han mostrado su interés y lo han compartido con sus seguidores. El proyecto sigue a Joe Exotic (apodo de Joseph Allen Maldonado-Passage), un cantante de country polígamo y amante de las armas, que tras comprar una finca en Florida crea G.W.Zoo, un zoológico de carretera en Oklahoma, donde llegó a albergar a más de 90 tigres. Además, Doc Antle, dueño de Mirtley Beach, es otra de las personas que aparecen en este laberinto de explotación animal, sexual y asesinatos.
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Pocas ficciones resultarían verosímiles con el grado de sordidez, esperpento, corrupción y soterrada violencia que transita por los siete capítulos dirigidos por Eric Goode y Rebecca Chaiklin. En esta docuserie, que puede disfrutarse en Netflix desde el pasado 20 de marzo, hay de todo: tigres, leones, leopardos, panteras o pumas en un país que, según denuncia el propio documental, tiene en cautiverio más felinos de los que existen en el resto del mundo en libertad, además de sectas, exconvictos y chivatos del FBI. En el mundo de los propietarios de estos grandes animales, la realidad supera con creces a la ficción. Aunque Exotic rehizo su vida después de un aparatoso accidente de trafico gracias a su relación con los tigres, la historia no terminó ahí.
Lo que empezó como una defensa de los animales salvajes en cautiverio acabó convertido en un negocio más de explotación donde los cachorros eran una jugosa moneda de cambio. Él incluso se acabó presentando a las elecciones a presidente de Estados Unidos y a gobernador de su estado después. Lo que pretendía era recoger y exponer al público a todos los tigres que pudiera reunir con el fin de concienciar a las personas sobre los eventuales peligros a los que están expuestos diariamente. Si todo esto parece que suena como un discurso coherente, realmente esos peligros son representados por personas como él, partícipes de un gigantesco tráfico de felinos que tiene lugar desde hace años al otro lado del océano.