Amy Schumer ha salido de su casa por una buena razón. La cómica se ha enfundado con un chándal azul y un abrigo y ha ido a visitar a su abuelo Gordon, que vive en una residencia de ancianos para ser tratado de la esclerosis múltiple que padece. Cargando a su hijo en una mano y un cartel en otra, la mujer de Chris Fischer, quien ha filmado todo lo sucedido, ha saludado desde la seguridad de la acera a su padre. Gordon les ha visto a través del cristal del primer piso, y seguro que se ha alegrado mucho de ver a su hija y su nieto Gene, de apenas diez meses de edad. En Estados Unidos se ha implantado el distanciamiento social como medida de prevención, así que esta ha sido la mejor manera que tienen de decirle: "¡Hola abuelo! Te queremos", como rezaba el cartel.