Durante estas semanas parecía que en Playa Desvalida todo eran buenos momentos, conversaciones y una convivencia inigualable, pero al final la tensión ha aparecido entre los participantes de Supervivientes. Como en casi todas las discusiones, la comida es uno de los principales detonantes y aunque en esta ubicación donde se encuentran hay muchos cangrejos y caracolas, el hambre hace que ocurran los enfrentamientos. Tras haber ido a por lapas a las rocas y tenerlas guardadas en una cacerola, la disputa estaba servida entre Ana María Aldón y sus compañeros. "¿Dónde están las caracolas grandes que había aquí?", preguntaba la mujer de Ortega Cano, a lo que Nyno y Hugo Sierra respondían que se las habían comido o utilizado como cebo. Entonces, ella confesaba que la próxima vez en el reparto cogería las suyas y no esperaría a nadie para comérselas porque estaba "harta de que desapareciera comida".
Eso ha hecho que todos se pusieran en su contra y empezaban a hablar de las labores de Ana María con la cocina de la playa. "Se cree que ella es la que manda y que las caracolas son suyas, que tenemos que cogerlas cuando ella quiera y no es así", explicaba Yiya muy enfadada a Ivana. "Además, ella quiere que las caracolas podridas nos las comamos y utilicemos las nuevas para la pesca. No lo entiendo. Cuanto más frescas estén, mejor para nosotros. Y las que están malas pues para los peces, que así vienen más. Es lo lógico", añadía la exprincesa de Cuatro. Su compañero Nyno también acusaba a la superviviente de haberse quejado cuando Antonio Pavón le había dado a él el pescado más grande. "Tú dijiste que no te parecía bien", decía el cantante. "Eso es mentira, jamás he dicho eso", respondía la mujer de Ortega Cano.
Yiya apoyaba a Nyno y comentaba que lo que estaba diciendo era verdad, dejando a Ana María hundida. "Son cinco contra mí, así que no puedo hacer nada", expresaba entre lágrimas. Además, su principal apoyo en Playa Desvalida, Antonio Pavón, se encuentra con el equipo médico tras la prueba de recompensa del domingo pasado. El torero tenía que ser atendido por un fuerte dolor en el abdomen por haber hecho demasiados esfuerzos y ha pasado la noche apartado del resto de sus compañeros. "Creemos que es una hernia y él se encuentra en perfecto estado, pero está en observación para que esté todo controlado", revelaba Carlos Sobera a los desvalidos para que se quedaran tranquilos.