Entre el cuidado del fuego, las labores de la cabaña, hacer la comida, intentar pescar y tener fuerzas para las pruebas de recompensa, también hay tiempo para reír y pasarlo bien. Aunque los supervivientes se pasan mucho tiempo discutiendo entre ellos y la tensión a veces es insoportable, parece que hay ratos para la diversión. José Antonio Avilés, que es el dios de la isla esta semana, proponía a todos sus compañeros un juego especial: quien bailara para él se vería recompensado con un trozo de 'melón', fruta que todos deseaban y que al abrirla les hizo darse cuenta de que era realmente una papaya. Fani y Rocío Flores no estaban muy convencidas de participar, pero Elena decía a su compañero que ella estaba dispuesta a entrenterlo y danzar lo que él pidiera. Una vez puesta en materia e intentando simular los movimientos de una sevillana, a petición del colaborador de Viva la vida, los pasos improvisados de la madre de Adara animaban al resto.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Nyno empezaba a palmear y a entonar una canción mientras Jorge y la exconcursante de La isla de las tentaciones comenzaban a bailar y hacer piruetas. "Muy bien, muy bien chicos. Si seguís así, de aquí al jueves os acabaré recompensando", decía Avilés mientras se comía un trozo de la fruta. Todos sus compañeros lo miraban ansiosos y anticipaban que "no iba a poder hacerlo". Por unos momentos ha reinado el buen ambiente y las risas, pero Fani ponía la puntilla al confesar que su compañero de baile no tenía ni idea: "Jorge lo ha intentando, pero el pobre es un pato mareado y no tiene nada de coordinación". Además, Elena, que es la que más se ha movido, reconocía que "aunque le encantan las sevillanas", nunca las ha aprendido correctamente. "No lo había hecho en mi vida. Ni siquiera he bailado en las discotecas", reconocía delante de todos sus compañeros.
En Playa Desvalida, donde lo cierto es que no hay tanta tensión y reina la tranquilidad, los supervivientes pasaban el rato tomando el sol y probándose la peluca de Yiya. La exprincesa de Cuatro la lleva puesta desde el primer programa del reality y sorprendió a todos cuando se la quitó y apareció totalmente rapada. Así, su inseparable amiga Ivana era la primera en probársela y revelaba a todos que "no huele mal", algo que alegrá saber a Jorge Javier Vázquez, ya que en algún momento ha confesado que incluso ha soñado con ella y no la quiere ver ni de lejos. Ana María Aldón también quería ponersela y tras colocársela en la cabeza decía: "otra Yiya no puede ser", a lo que Antonio Pavón respondía que "le quedaba muy bien".