Belén Esteban se encuentra confinada ya que por su diabetes está consideraba una persona de riesgo. Pero la colaboradora estrella de Sálvamese encuentra tranquila, tanto que ha conectado con su programa (al que ha reconocido que echa tanto de menos como para llorar por no ir) para mostrar su nueva faceta en televisión: ¡cocinera! Así ha mostrado en pleno directo como hacer una tortilla de patatas perfecta, poco grasosa pero muy jugosa. "Yo suelo echar 6 huevos, para que quede jugosita. Batidos, todo muy bien batido", decía mientras un móvil la conectaba con el plató de Mediaset
Tampoco ha dudado la colaboradora de la cadena a la hora de posicionarse en el eterno debate nacional de la tortilla de patatas, con cebolla o sin cebolla. "No suelo llorar cuando corto cebolla porque me gusta la cocina", relataba Belén Esteban. Cuando su amigo le ha dicho que a él no le gusta este ingrediente porque "pica" ella contestaba que "hay que comprarselas de calidad, que no pican" antes de prometer que "tú no te preocupes Jorge, que yo te voy a hacer una tortilla para tu casa que vas a alucinar".
"Mientras voy cocinando, me gusta ir limpiando, fregando", ha ido comentado Belén Esteban, que ha mostrado ser una cocinera ordenada, que va pasito a pasito. ¿Cómo suele hacerlo? Con música, aunque hoy no haya podido ser para que se escuchara bien su explicación: "me pongo reggaetón, copla...". Y entre tanto, ha llegado el momento crucial de dar la vuelta a la tortilla. No ha habido tensión, a la primera lo ha conseguido la colaboradora, dejando claro su destreza con la sartén. Belén se ha despedido con una promesa, el próximo viernes llegará el segundo plato que es una de sus especialidades: los filetes rusos.
Esta conexión ha sido mucho más alegre que la de hace unos días, cuando Belén Esteban no podía negar el impacto del confinamiento por el coronavirus en su vida. "Estoy bien, lo que pasa es que, al ser diabética tengo que tener mucho cuidado. No tengo miedo, pero estoy un poco inquieta", explicó. La colaboradora está pasando el día poniendo en orden su casa, pero sin salir de ella en ningún momento. "Mi endocrino fue muy insistente", confesó. Por supuesto, no faltarán tortillas de patatas en su casa.