Joshua Vázquez y Begoña eran los dos primeros aprendices en convertirse en finalistas de Maestros de la costura tras una prueba por equipos muy igualada. Arantza Vilas, diseñadora gallega tras cuyas manos se encuentran muchos de los atuendos que lucieron los intérpretes de la popular serie de HBO Juego de Tronos, aconsejaba en el reto a todos los participantes y los animaba a continuar luchando por su sueño: ganar la tercera edición del talent de costura de TVE y vivir del mundo de la moda. Margarita, La Brava y David debían ir al último desafío de la noche para convertirse también en finalistas, pero el auxiliar de enfermería y opositor a Guardia Civil confesaba lo duro que había sido entrar en el programa, palabras que emocionaban y hacían llorar a Lorenzo Caprile: "No sigas Joshua, que me emociono".
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"Estoy muy feliz. Este programa ha hecho que esté más seguro de mí mismo. Tengo un cúmulo de sensaciones porque me ha costado muchísimo llegar hasta aquí. Esto me ha cambiado y me ha hecho más fuerte", confesaba Joshua muy emocionado. "El primer año del programa me llegó un mensaje que no estaba seleccionado; en la segunda edición me quedé a las puertas de entrar e incluso me compré el vuelo para venir a Madrid sin saber si me habían seleccionado o no, y este año, sin saber si optaba o no al casting, también me vine", añadía, relatando el esfuerzo que ha tenido que hacer para concursar. "Es un motivo de orgullo que nos hayas querido tanto siempre", contestaba Raquel Sanchez Silva. "Me da pena pensar en todos los aspirantes que se han quedado a las puertas, que son más de 12.000, porque yo lo he sentido también, pero ahora estoy muy contento aunque tenga sentimientos encontrados", comentaba. "Me gusta escuchar a alguien que lucha por sus sueños", añadía Caprile.
Finalmente, y después de su viaje en el tiempo al medievo, los aprendices han tenido que reciclar y dar una segunda vida a un vestido de invitada para una boda. Todo un reto para el que han necesitado demostrar una vez más toda su creatividad y donde Roberto Diz se ha convertido en maestro de excepción. Una prueba a la que Caprile se ha sumado para confeccionar también un diseño mientras ofrecía una lección a los semifinalistas de las grandes posibilidades que puede tener una pieza "pasada de moda". Después de una competición muy igualada y donde "los trabajos no tenían el nivel para un programa nueve", según Palomo Spain, La Brava se quedaba a las puertas de la final.