Harvey Weinstein, de 68 años, ha dado positivo en el test del COVID-19, según han confirmado a diversos medios estadounidenses fuentes de las autoridades competentes. Sin embargo, el representante del productor de Hollywood condenado a 23 años de cárcel, no ha confirmado la noticia y ha asegurado a la revista People que el equipo que tiene acceso a su información médica “no ha oído nada de eso todavía”.
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Esta información sale a la luz unos días después de su traslado desde la cárcel neoyorkina de Rikers Island a la prisión de máxima seguridad de Wende, donde según han contado funcionarios penitenciarios al medio local Niagara Gazette, ya llegó contagiado. En este correccional ha estado en régimen de aislamiento junto con otro preso que también ha contraído coronavirus. Michael Powers, presidente de la asociación de funcionarios penitenciarios del Estado de Nueva York, ha explicado al periódico neoyorkino que “no hay mejor caldo de cultivo para este virus que el ambiente cerrado de un correccional” y ha pedido precaución en estos centros para hacer frente a la pandemia.
Después de que el Jurado le declarara culpable de delitos de violación en tercer grado y agresión sexual, Weinstein estuvo una temporada ingresado en el hospital de Bellevue, en Nueva York, aquejado de problemas cardiacos y alta presión arterial. Al juicio donde conoció la sentencia que le condenaba a 23 años de cárcel llegó ayudándose de un andador para caminar.
El caso Harvey Weinstein comenzó en marzo de 2015, cuando una modelo italiana, Ambra Battilana, denunció ante la policía de Nueva York que el magnate cinematográfico le había tocado de forma inapropiada. Al día siguiente le grabó pidiendo perdón por lo ocurrido, pero pese a ello el proceso no siguió adelante. Hubo que esperar dos años más, hasta octubre de 2017 para que el diario New York Times publicara una investigación en la que se detallaban incidentes similares que habían venido ocurriendo desde 1990. Todo saltó por los aires en Hollywood y el nombre del malogrado productor corrió como la pólvora gracias al término ‘Me too’ (Yo también) acuñado por la actriz de Embrujadas Alyssa Milano para animar a las víctimas a confesar y denunciar casos similares.