Carlos Falcó, el marqués de Griñón, que acaba de fallecer en Madrid a los 83 años, era un habitual en las páginas de ¡HOLA! desde hace décadas. Se casó cuatro veces, y es padre de cinco hijos. Su primera mujer fue Jeannine Girod, madre de sus hijos Manuel y Xandra; años después se casó con Isabel Preysler, de cuya relación nació Tamara. Tras su matrimonio con Isabel, el marqués de Griñón inició una relación con Fátima de la Cierva, que se convirtió en su tercera mujer y con la que tuvo otros dos hijos: Duarte y Aldara. Y, finalmente, la cuarta marquesa de Griñón, y su ahora viuda, es Esther Doña.
Isabel Preysler
Tras separarse de Julio Iglesias en 1978, una joven Isabel Preysler, con sus tres hijos -Chábeli, Julio José y Enrique- aún pequeños, emprendió una nueva relación. Se había enamorado de Carlos Falcó, un marqués, grande de España, que también estaba separado y era padre de dos hijos -Manuel y Xandra-. Pese a sus orígenes aristocráticos, el marqués de Griñón era entonces un gran desconocido para la inmensa mayoría de los españoles.
Se conocieron durante una proyección privada de la película Fiebre de sábado noche, protagonizada por John Travolta, y tras salir juntos durante algunos meses se casaron, en 1980, en la finca Casa de Vacas, en Toledo. Un año más tarde se convirtieron en padres con el nacimiento de Tamara Falcó. El perfil de hombre liberal, culto, tolerante, amante del hogar y con gran sentido del humor supusieron para Isabel un gran cambio de vida. En estos años como marquesa de Griñón Isabel encontró la tranquilidad y la paz que no había tenido en su matrimonio anterior.
Isabel disfrutó en esa etapa de un hogar de verdad. Aunque Carlos Falcó viajaba con frecuencia, aunque solía regresar siempre a dormir a casa con su familia. El matrimonio terminó separándose en 1985, aunque a lo largo de todos estos años habían seguido mantenido una cordial relación.
Jeannine Girod
La primera esposa del marqués de Griñón es, también, la más desconocida de las cuatro mujeres que han ostentado junto a él el título de marquesa. Esta elegante mujer, de origen suizo, es la madre de los dos hijos mayores de Carlos Falcó, Manuel y Xandra. La pareja estuvo casada durante siete años. Tras su separación, ella estuvo unida a Ramón Mendoza, expresidente del Real Madrid.
Fátima de la Cierva
Carlos Falcó y Fátima de la Cierva se casaron en julio de 1993 en Bayona y se separaron en el verano de 2011. La aristócrata es bisnieta del duque del Infantado. En sus dieciocho años de matrimonio, la pareja tuvo dos hijos: Aldara y Duarte, que tras la ruptura de sus padres se quedaron a vivir con su madre, a la que nunca le ha gustado ser el foco de atención, ni siquiera durante la etapa en la que se convirtió en marquesa de Griñon al lado de Carlos.
Sin embargo, dados los continuos viajes a África de Fátima, que colabora con diversas causas benéficas, Tanto Aldara como Duarte han pasado también mucho tiempo junto a su padre en la finca que este posee en Malpica (Toledo). Aldara, que ahora tiene 22 años, ha estudiado en España y en el extranjero -estuvo viviendo en Austria-, domina el inglés y el francés y tiene conocimientos de alemán. Poco antes de alcanzar su mayoría de edad, en octubre de 2015, participó en el Baile de Debutantes de París, un evento que llenó de orgullo a su padre, el marqués de Griñón.
Esther Doña
El marqués de Griñón y Esther Doña se casaron en julio de 2017, en el palacio El Rincón, la residencia de Carlos Falcó, en una boda íntima y por lo civil, que solo desvelaron a sus íntimos una vez que la ceremonia había terminado y antes de poner rumbo a su luna de miel en África -aunque a su vuelta organizaron una gran fiesta para celebrarlo-. La pareja ponía así el broche de oro a una relación que había comenzado a finales de 2015. Carlos y Esther solía acudir con frecuencia a eventos sociales de todo tipo, como la noche solidaria de la Casa ¡HOLA! con motivo del 75 aniversario de la revista.
A lo largo de sus más de dos años de matrimonio la pareja tuvo muchos momentos felices, aunque también sufrió algunos problemas de salud, como cuando a Esther le diagnosticaron un tumor que podía haberle hecho perder una pierna, o la crisis sentimental que superaron con éxito en 2019 y celebraron con una romántica escapada a Menorca. Su vida en los últimos meses transcurría con tranquilidad, en el palacio de El Rincón.