Ana María Aldón está disfrutando de su estancia en Honduras gracias a Supervivientes 2020, su debut en televisión. Es en este reality donde la mujer de José Ortega Cano ha querido mostrarse y lo está haciendo en todas sus facetas. A pesar de que ahora se encuentra 'desterrada' en Playa Desvalida, las primeras semanas de su concurso han estado marcadas, a partes iguales por su actitud ante los conflictos de Rocío Flores, sus dotes de superviviente y uno de los errores del programa, que provocó que su grupo perdiera una recompensa. Pero la concursante ha mostrado su buen hacer a la hora de buscar alimento y ni los cangrejos ni los frutos secos se le han resistido. La diseñadora ha sido una de las que más ha surtido a su equipo de provisiones, aunque la pesca no ha sido su fuerte, coger cangrejos le ha elevado a la categoría de superviviente de excepción. Ahora que está en el destierro en Playa Desvalida junto con Yiya, Vicky Larraz y Antonio Pavón, los frutos secos son su máximo objetivo.
Después de coger lapas con sus nuevos compañeros, Ana María localizó la zona de las almendras. Un manjar para cualquiera y que, según ella, les da fuerza y vitalidad. "Tengo que tener la suficiente energía para hacer tantas actividades y ganar las pruebas, porque estoy ganando bastante bien", le explicaba a Antonio Pavón. El torero, encantado con estar conviviendo de nuevo con su gran amiga, solo tiene buenas palabras para ella. Cualquier excusa es buena para alabar las dotes de superviviente de su compañera y, en esta ocasión, han sido las almendras el mejor pretexto para alegrarle el día. "Cómo te gustan, da gusto verte. Así tienes el lustro y la fuerza en el pelo que tienes", comentaba el diestro peruano mientras ella disfrutaba del botín.
En Playa Desvalida los alimentos no les faltan y tampoco la destreza a la hora de pescar, recolectar frutos secos y comerlos. Después de abrir boca con el surtido de almendras, los cuatro desterrados compartieron un auténtico festín a base de cangrejos. Hasta 30 ejemplares llegaron a coger durante su jornada de pesca, y tras cocinarlos, los comieron para deleite de sus hambrientos paladares. Aunque en estas semanas la comida no les ha faltado, con la llegada de Ana María Aldón no solo se han multiplicado los víveres, sino también la alegría y la buena convivencia; a pesar de que Yiya haya perdido la navaja multiusos, y Pavón se hiciera con un pez 'fantasma' que le devolvió la ilusión al pescarlo y se la quitó en cuestión de segundos al soltarse del cebo.