El hambre y las complicadas noches que han encadenado los habitantes de los Cayos Cochinos están haciendo que los concursantes de Supervivientes estén cada día más débiles y se vengan abajo con facilidad. La última que ha dejado claro que le faltan las fuerzas ha sido Elena Rodríguez, que apareció muy floja tanto física como anímicamente durante el juego de recompensa del martes. En la prueba, la madre de Adara Molinero necesitó la ayuda de Lara Álvarez para poder terminarla, ya que apenas se podía tener en pie. Elena finalizó el juego en último lugar y se llevó una recompensa menor que el resto de sus compañeros, algo que terminó de hundirla.
Después de la prueba, la exsuegra de Hugo, otro de los concursantes del reality de Telecinco, sufrió un enorme bajón y no pudo evitar llorar de forma desconsolada. "No tengo fuerza y me da rabia. Es que no doy una, tío", soltó entre lágrimas. "Elena, no tengo fuerzas ni yo", le contestó Rocío Flores para intentar reconfortar a la madre de Adara. Cristian y Ferre intentaron, sin mucho éxito, que Elena se recuperase del bajón. "No te preocupes. Que lo has hecho muy bien, de verdad. Que se ha visto una Elena luchadora ahí. Has luchado hasta el final, has sacado fuerzas que ni tenías. Quédate con eso", le dijo el ‘dios’ de la isla esta semana. Un alegato que terminó con un fuerte abrazo entre los concursantes.
El andaluz, que está demostrando ser un superviviente nato, se dirigió después a consolar a Alejandro Reyes, el hijo de Ivonne Reyes, que se mareó tras la prueba por el esfuerzo que había tenido que realizar. "Respira por la nariz, hondo, y echa por la boca", le aconsejó Ferre.
Las malas condiciones meteorológicas y los insectos están haciendo que los supervivientes no consigan dormir durante las noches, lo que repercute en su forma física y también en su estado de ánimo. Otro de los que se ha venido abajo en las últimas horas ha sido Barranco, que llegó a contar 45 picaduras repartidas por su mano derecha, aunque viendo las imágenes, se aprecia que el que fuera tronista de Mujeres y Hombres y Viceversa tiene muchas, ya que está completamente cubierto de marcas. Albert Barranco, presa de la desesperación, no pudo evitar las lágrimas. Una situación que, con el paso de los días, promete ser todavía más dura para los habitantes de los Cayos Cochinos.