Hugo Sierra es, por méritos propios, un claro protagonista de estas dos primeras semanas de Supervivientes. Un concursante fuerte, con capacidad de líder y muy romántico. Esa imagen la está dando gracias a su relación sentimental con Ivana Icardi, la joven argentina con la que está rehaciendo su vida tras la polémica ruptura con Adara Molinero. Pero este paraíso en el que se ha convertido la isla de Honduras para el uruguayo podría no ser tan idílico como parece. José Antonio Avilés, que desde el principio ha desconfiado de su compañera, ha querido advertirle: "Ella nos contó que viene con novio". No es la primera vez que critica a Ivana, pero de momento esto no ha afectado a Hugo: "Cuando conozco a alguien, lo que pasó antes no me interesa".
Hugo ha tenido un sorprendente apoyo a la hora de apostar por su relación con Ivana. Elena Rodríguez, abuela de su único hijo con Adara, ha argumentado que, quizás, ese "novio" de la argentina no sería nada más que un amigo. La prueba de que ambos están decididos a continuar su amor es que Sierra pidió a sus compañeros intimidad. Tras una semana separados, la prueba de grupo determinó que los dos serían mortales. Hugo ha sido el que ha tomado las riendas de organizar cómo dormir por la noche, pidiendo al resto que le dejaran a solas junto a su amada.
La propia Ivana confirmó en la pasada gala que volver a coincidir con Sierra era toda una alegría para ella. "Estoy feliz por dos porque también tengo aquí a Huguito", dijo con una enorme sonrisa. Adara, que días atrás había tachado el noviazgo de "cutre" y de montaje, afirmó en Sálvame que sí veía por fin chispas en la mirada de la argentina. Aunque siga viendo frío a su expareja en esta situación.
Su noviazgo apunta a relación de futuro. Ambos hablan de una vida en común juntos, teniendo respectivos detalles el uno con el otro. "Anoche miré este crucifijo que significa mucho para mí y te lo regalo. Ahora es todo tuyo. Haz lo que quieras con él. Ahora está en tus manos nuestra historia y depende de la fortaleza que tú tengas para cuidarla. Esto es nuestro", decía el uruguayo, obsequiándola con uno de sus colgantes. ¿La petición de Ivana? Que su nombre se escribiese con tinta en el brazo de Hugo cuando estén en España: "Mi preciosa rubia entraría aquí", decía él señalando una parte de su extremidad.