El paso de Bea Retamal por Supervivientes 2020 ha sido breve. La ganadora de Gran Hermano 17 ha sido la primera expulsada de la edición más extrema del reality, tras ser la elegida por la audiencia en el último televoto de la noche, donde se enfrentaba a Antonio Pavón, Yiya y Vicky Larraz. "Que me voy, me voy con mi madre. Gracias. Te lo juro, Jorge, agradezco la experiencia y de lo único que me arrepiento es de no haber metido la cabeza debajo del mar, pero dos semanas para mí han sido lo que necesitaba. Lo que yo necesitaba lo he conseguido", relataba al presentador desde Playa Desvalida, ante el asombro del resto de nominados. Lejos de venirse a abajo por tener que abandonar Honduras definitivamente, la concursante se ha mostrado contenta por regresar a España y cumplir con un deseo: comerse una hamburguesa.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Dos semanas han sido suficientes para que las adversas condiciones del concurso hayan hecho mella en la concursante valenciana, quien, además, no ha podido disfrutar de ninguna recompensa. "Bea, ¿qué vas a hacer esta noche?", preguntaba Jorge Javier Vázquez a la primera expulsada. "Esta noche espero, por favor, que me pongan una hamburguesa muy grande… ¡Muy grande! No lo sé, estoy muy contenta porque vuelvo a casa", gritaba eufórica Bea Retamal, que ha sufrido las consecuencias del hambre y la falta de recursos.
La ausencia de comida ha sido el gran obstáculo que Bea se ha encontrado en el reality. De hecho, en el último juego de recompensa, la ganadora de GH no pudo evitar llorar al ver cómo su equipo se quedaba sin el premio de la prueba, una suculenta tortilla de patata rellena. El grupo de Retamal, el de los siervos, estaba a punto de conseguir la victoria, pero un traspiés de Ana María Aldón en el último momento provocó que finalmente perdieran la batalla. No obstante, los concursantes se mostraron compresivos con la esposa de Ortega Cano, que digirieron la derrota de la mejor forma posible. "Yo lloro ya, no me he llevado ni una recompensa a la boca…", decía la superviviente al presentador, entre lágrimas, pero sin dejar de apoyar a su compañera.