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El fuego ha llegado a Honduras. El equipo de los mortales está de celebración y los concursantes han podido cocinar y resguardarse del frío. Albert Barranco ha sido el primero en conseguir encender la pequeña hoguera después de muchísimo esfuerzo. Una hazaña que supone todo un reto para los participantes de Supervivientes, ya que el fuego es uno de los básicos necesarios para hacer frente a las extremas condiciones del concurso. El extronista de Mujeres y Hombres y Viceversa se convertía así el primer superviviente del equipo los mortales en lograr encender la hoguera, gracias a la única cerilla que tenían y con el apoyo de todos sus compañeros, que le felicitaron por este logro.
© TelecincoMientras tanto, en el equipo de los siervos saltaron chispas. Los concursantes intentaron hacer fuego sin mucho éxito durante varias horas, lo que caldeó el ambiente entre los participantes. José Antonio Avilés, Elena Rodríguez, Beatriz Retamal y Ana María Aldón fueron los encargados en intentar encender la hoguera, frotando rápidamente unas cañas sin ningún resultado. Tras el fracaso, la mujer de José Ortega Cano reprochó la actitud de Antonio Pavón, a pesar de ser el único que sabía cómo hacer fuego, no ayudó al grupo. "No hacemos unión, no hacemos grupo. En este momento te necesitamos con nosotros para esto y tú no nos haces caso", le recriminó la modista. "Lo siento, pero no voy a malgastar mi energía en algo que creo que no se debe hacer así", respondió el torero. "Además, mis compañeros no valoran nada, así que no", añadía.
© TelecincoFinalmente, y tras un fallido intento por la noche de encender la hoguera con la ayuda de Hugo Sierra, Antonio Pavón consiguió prender una pequeña llama en un trozo de madera, ayudado por Alejandro Reyes. "Os prometo que me voy a quedar toda la noche cuidando el fuego por el esfuerzo titánico que habéis hecho", aseguró Ana María Aldón. "Y yo contigo", añadió José Antonio Avilés. "Si es que en equipo las cosas salen bien", opinó Beatriz Retamal. "¡Virgen Santísima, por el Espíritu Santo, por los clavos de Cristo! ", celebró el torero muy orgulloso. Tras conseguir su objetivo, el equipo de los siervos celebró el gran triunfo entre gritos y vítores, con abrazo grupal incluido.
