Fueron los primeros en comenzar una relación en la presente edición del reality Supervivientes. Hugo Sierra e Ivana Icardi, expareja de Adara Molinero y de Gianmarco Onestini, respectivamente, no tardaron en gustarse y dar un paso más en forma de beso. Lo hicieron hace aproximadamente una semana, cuando los seguidores del concurso no podían creer esta jugosa historia. A la luz de la luna tuvo lugar ese primer acercamiento para sorpresa de sus compañeros de Honduras, y nada más producirse se desataron las reacciones, tanto dentro como fuera de la isla.
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Los dos protagonistas del romance defendieron a ultranza su relación. Tenían claro que su amor movía montañas y era capaz de superar cualquier obstáculo o valla que se interpusiera en medio. Literalmente. De hecho, ambos forman parte de distinto grupo, dentro de la misma playa, y están separados por una empalizada que no han dudado en franquear para dar rienda suelta a su pasión. Tal y como pudimos ver este martes, ambos buscan cualquier oportunidad para acercarse y demostrarse su amor, sin importarles no solo la separación física, sino también la presencia de sus compañeros o de las cámaras de televisión, muy pendientes en todo momento, como no podía ser de otro modo, de todos y cada uno de sus movimientos.
Después de que, durante la tormenta -cuando los concursantes tuvieron que ser evacuados a campamentos de emergencia-, protagonizaran más de un beso furtivo al más puro estilo 'Romeo y Julieta', Hugo e Ivana han mantenido románticas conversaciones a través de la valla y se han prodigado todo tipo de besos y gestos de cariño. En un momento dado de estos instantes de complicidad, la expareja de Adara le pedía a la argentina que no le olvidara. "No me olvides, ¿vale? Te voy a buscar", le espetaba mientras le regalaba un crucifijo. "Ahora está en tus manos nuestra historia", añadía Hugo.
Esta edición del programa de superviviencia está resultando una de las más extremas de toda la historia del concurso. No solo por la climatología, que están sufriendo los habitantes de la isla, sino también por los problemas de salud que han sufrido algunos de ellos, como el fuerte calambre que vivió recientemente el propio Hugo Sierra, que mientras transportaba varios troncos de bambú se lastimó retorciéndose de dolor en el suelo y profiriendo alaridos desgarrados.