Christina Oxenberg es una escritora y diseñadora, cuyo nombre saltaba los titulares este fin de semana como aliada del FBI en el caso Epstein. Además, es hija de Isabel de Yugoslavia y prima lejana de la reina Sofía y también del príncipe Andrés, al que su relación con el escándalo le persigue desde hace meses. Sin embargo, su intención no es inculpar a su pariente, ya que confía en que fue engañado, sino conseguir justicia para las víctimas del financiero Jeffrey Epstein, fallecido en su celda el pasado agosto mientras esperaba a ser juzgado por delitos de tráfico sexual de menores. Oxenberg ha asegurado que le "disgusta mucho lo ocurrido", una situación que quizás le haya recordado al calvario vivido en su propia familia cuando su sobrina, India, hija de la actriz de Dinastía, Catherine Oxenberg, fue captada por un secta.
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La organización criminal en la que quedó atrapada India se llamaba Nxivm y operaba en Nueva York, donde se trasladó la sobrina de Christina Oxenberg desde California a medida que su implicación iba en aumento y mientras perdía prácticamente toda su herencia pagando los seminarios que exigían cursar para pertenecer al grupo. Los líderes de la secta eran Keith Ranieri, condenado a cadena perpetua por tráfico sexual, posesión de pornografía infantil y extorsión, y la actriz de Smallville Allison Mack, que se encuentra en arresto domiciliario a la espera de juicio acusada de reclutar nuevas "esclavas", entre las que se encontraban niñas de hasta 12 años.
A Catherine Oxenberg nunca le gustó Nxivm, ya que asistió a unas charlas con su hija en 2011 y no le causaron buena impresión. Sin embargo, sí cautivaron a su hija de 20 años. A pesar de ello, tal y como confesó a The Sun, no fue hasta que le alertaron de los abusos que se cometían contra las chicas, muchas de ellas menores, cuando comenzó una arriesgada odisea que ha podido inspirar a su hermana Christina en su afán por hacer justicia. Para ello, contó con la ayuda de un antiguo miembro de la secta dispuesto a desenmascararles. La actriz de Dinastía relató en el libro Cautiva: la cruzada de una madre para rescatar a su hija de una terrorífica secta, cómo logró recabar pruebas y puso su vida en peligro para conseguir llevar a juicio a los artífices de Nxivm y poder recuperar a su hija. Según ha contado, les amenazaban asegurando que habían contratado a sicarios para asesinarlas.
Los esfuerzos no fueron en vano y en marzo la información proporcionada por Catherine sirvió para desmantelar la secta después de detener en México a su líder y deportarlo a Estados Unidos. Comenzaba el final de la pesadilla para la familia Oxenberg, aunque aún quedaba la parte más dura ya que su hija, que comenzó a trabajar como camerera en un restaurante vegano de Nueva York, permanecía leal a Ranieri y no se hablaba con su madre. En este punto jugó un papel muy importante su abuela Isabel de Yugoslavia, con la que sí mantenía contacto. La aristócrata no dudó entonces en viajar de Serbia a Estados Unidos para interceder y lograr que su nieta volviese a ser la que era.
Afortunadamente, esta historia ha tenido un final feliz e India regresó a Malibú con su familia, pero en este proceso hubo otra persona clave además de su madre y su abuela. Se trata del Patrick d'Ignazio, chef del restaurante en el que trabajaba, con el que inició una relación sentimental y que consiguió que abandonara definitivamente la secta. Ahora, a juzgar por sus publicaciones en redes, la joven vive feliz rodeada de los suyos en California y, por si fuera poco, recientemente anunciaba feliz su compromiso con Patrick.
Catherine cuenta en su libro como además de salvar a su hija, el trabajo que realizaron los fiscales durante el juicio logró salvar a muchas otras mujeres de las garras de esta secta que cometía todo tipo de abusos contra ellas. Esta terrible experiencia ha marcado a una familia que se implicó al máximo para rescatar a India Oxenberg del que podría haber sido un destino fatal. Ahora, su tía Christina no ha dejado pasar la oportunidad de contribuir para que se esclarezcan los hechos en torno al caso Epstein en el que también hay varias menores afectadas.
La escritora fue íntima amiga en los años 90 de Guislaine Maxwell, la que fuera pareja y cómplice del millonario estadounidense, por lo que no ha dudado en llamar al FBI para contar todo lo que sabía. Entre los datos que podía aportar se encontraba una conversación de 1997 con Maxwell, que también fue la persona que presentó en su día al duque de York y a Epstein. "Nunca lo olvidaré. Estábamos solas. Dijo muchas cosas. Todo espeluznante. Poco ortodoxo. Extraño. No podía creer que lo que estaba diciendo fuera real", contaba Oxenberg, que citaba palabras de su amiga como: 'Jeffrey y yo tenemos a todo el mundo grabado'. Su intención es, sobre todo, que las víctimas puedan ser compensadas. "Nada curará el trauma. Estas mujeres quedan afectadas para toda su vida, pero al menos deberían recibir dinero", afirmaba en declaraciones al Daily Mail.