Ha pasado mucho tiempo desde que Irene Villa sufrió aquel terrible atentado de ETA que dejó consternada a la opinión pública. Ahora, con una sorprendente serenidad, y después de décadas, es capaz de recordarlo y revelar todas las lecciones de vida que ha aprendido tras aquel fatal acontecimiento. "Es una parte de nuestra vida que nos ha llevado a estar donde estamos", confesaba en el Deluxe, asegurando que lo tiene totalmente superado. Y no lo hacía sola pues a su lado se encontraba su madre, María Jesús González, quien también se sinceró sobre aquella durísima etapa de sus vidas: "Cuando me enteré de que estaba viva sentí una inmensa alegría pese a como estaba (…) En ese momento pensé que teníamos la obligación de ser felices".
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A pesar de la tragedia, ambas han recordado aquellos días desde la superación y el esfuerzo, y han explicado algunos detalles de cómo afrontaron la adaptación a su nueva vida. "Cuando se caía al suelo yo no dejaba que nadie la ayudase, tenía que aprender a levantarse sola", relataba María Jesús, a quien su hija le ha dedicado un sentido agradecimiento y la ha calificado de "persona vitamina". No era sencillo ser dura, pero era la mejor manera de ayudarla; un papel que también ejerció su hermana mayor, Virginia, que tenía 15 años cuando ocurrió el atentado y a la que Irene ha señalado como una de las claves de su recuperación: "Un papel muy importante fue el de mi hermana, que decía: ¡No la miméis! Le pedía, por ejemplo, 'tráeme un vaso de agua' y me decía, 'te levantas tú y vas', para que así me hiciese cada vez más independiente. Desde aquí le tengo que agradecer muchísimo ese empujón, porque así me hice tan independiente como soy".
La escritora compartió algunos de sus peores momentos, como las complicadas operaciones a las que se ha tenido que someter, de los que asegura haber aprendido que "el único dueño de tus pensamientos eres tú". Sin embargo, tiene claro que el aborto de su cuarto hijo ha sido lo peor que le ha pasado. "Fue duro y, aunque al principio lo pasé un poco de puntillas, no deja de estar ahí. Hay que dar salida también a las emociones duras y negativas", afirmaba, confesando que su actitud tremendamente positiva a veces la aleja de la tierra.
El apoyo de su madre ha sido fundamental a lo largo de su vida y así sigue siendo, pues cada vez que tiene un bajón recurre a ella. Una figura que también ha sido clave en la superación de su separación de Juan Pablo Lauro, el padre de sus hijos, el pasado año. No quiso ahondar en el tema pero sí comentó que fue algo de mutuo acuerdo y que actualmente mantiene una buena relación, también con la actual pareja de su exmarido.