Reinventarse o morir, al menos eso es lo que ha debido de pensar Lara Álvarez y su equipo de estilistas en esta nueva edición de Supervivientes que dio ayer su pistoletazo de salida. Acostumbrados a sus looks étnicos y tribales, la presentadora sorprendía ayer mostrando su versión “más guerrera”. Lara se presentaba con un bañador rojo de Dolores Cortés cubierto con un arnés de cuero marrón de Samurai San Fashion Harnesses que caía en forma de cinturón hasta unos shorts de color verde caqui, que irremediablemente nos hacía recordar la imagen de la heroína Lara Croft, protagonista del videojuego Tom Raider. Como calzado, Lara eligió una botas de aventura de Panama Jack.
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Para su beauty look la presentadora asturiana escogió una coleta acabada en una trenza algo despeinada, que le daba un sutil toque salvaje a su melena, tal y como el que lucieron en la gran pantalla primero Angelina Jolie y después Alicia Vikander cuando se metieron en la piel de la valiente y mítica arqueóloga inglesa.
Y por si aún quedaba algún tipo de dudas de a quien querían emular con este estilismo, Lara abría el programa rodeada de lianas y luciendo una antorcha en la mano y un machete en la otra. Y es que tal y como han ido avanzando estos días, esta nueva edición del reality promete ser una de las más extremas, con pruebas tan complicadas que lleven a los concursantes a sacar su lado más desconocido.
Esta es la sexta vez que Lara Álvarez se pone al frente de este reality, la presentadora ya es toda una experta “naufraga”, sin embargo, ha admitido que siempre vive con nervios el estreno del programa. A pesar de todo, Lara se desenvuelve con mucha soltura y profesionalidad ante las cámaras, a las que ha aprendido a enamorar y también a “capear”, al menos cuando a su situación sentimental se refiere. Lara ponía recientemente punto y final a su historia de amor con Andrés Velencoso y tirando de sinceridad afirmaba: “Sé quién soy, sé lo que quiero, sé lo que no quiero y no titubeo. Vamos, que ni pierdo el tiempo ni se lo hago perder a nadie”.